Ciutat Vella y Gràcia son los barrios más vulnerables al fuego. Los edificios antiguos y la densidad de población los hace un polvorín. Los datos a los cuales ha tenido acceso El Nacional, muestran en qué barrios ha habido más incendios, cuáles son más vulnerables y en cuáles hay más riesgo de fuegos dentro las casas. A partir de estos mapas los Bombers de Barcelona diseñan las campañas de prevención. 

El último incendio urbano en Barcelona, ayer, provocó la muerte de un niño y una niña de 4 y 6 años y heridas muy graves a su hermano de 2 años. Es uno de los fuegos en la ciudad más graves de los últimos años. Todavía no se sabe qué lo provocó. Los bomberos llegaron en seis minutos y medio, pero no pudieron hacer nada para salvar a los niños. El barrio del Besòs es uno de los que tiene una vulnerabilidad media-baja, según los datos de los Bombers. En el incendio pasó lo que parece un hecho habitual en algunas zonas: "Cuando hay gente que viene de fuera, lo primero que hacen es salir. Nosotros llegamos en cinco minutos pero en su país no llegan. Salen por el lugar menos indicado y es cuando hay heridos, intoxicados...", explica a El Nacional Manel Pardo, director de los Bombers de Barcelona. "Nuestro trabajo es ir a buscar a la gente con culturas diferentes y explicar cómo se tienen que comportar", añade. "La prevención es la mejor de las herramientas" concluye Pardo.

Por eso es necesario planes de actuación que analicen todos los factores que provoquen los fuegos y permitan diseñar cómo tienen que actuar los bomberos. Donde hay más fuegos y donde las viviendas son más vulnerables es en Ciutat Vella y Gràcia. De hecho, del 2010 al 2014 es donde ha habido más incendios dentro de las casas.

El pico del volumen más alto es Ciutat Vella. "Nos hemos encontrado con que hay un fenómeno evidente que hay más incendios en unas zonas determinadas. Vamos a averiguar por qué. ¿Eso sigue una pauta?", dice Manel Pardo mientras empieza a explicar qué han hecho para saber hacia dónde va el fuego en la ciudad y por qué.

El mapa de peligrosidad se hace a partir de los fuegos que habido en la ciudad de Barcelona los últimos años. La mancha roja es Ciutat Vella. Es donde ha habido más incendios. 

Pero para saber el riesgo real de incendios por zonas, hace falta tener en cuenta diferentes variables y combinarlas con el mapa de peligrosidad. Si se cogen los edificios con un estado de conservación malo o ruinoso, el índice de población, los edificios construidos antes de 1920 y la renta familiar, sale este mapa:

Para saber la escala de riesgo, se cruzan los datos entre el mapa de peligrosidad y el de vulnerabilidad. Son variantes que ayudarán a saber cuál es el fondo del problema. ¿Por qué hay más fuegos en un lugar de la ciudad que en otro? El estudio coge los datos del 2008, 2011 y 2014 de la tasa del paro, el nivel de formación de los vecinos de la zona, la densidad de población, la edad, la tasa de inmigración, la renta familiar, las tasas de personas sin estudios y la de población mayor de 80 años, el estado de conservación de los edificios, la participación electoral, el índice de dotación comercial (cuántos comercios hay en la zona), la tasa de soledad y los edificios construidos antes de 1942. Y sale este mapa de riesgo:

Con el mapa de riesgo se construyen modelos para saber cómo evolucionarán los incendios en las viviendas y hacer previsiones que permitan avanzarse al fuego. La peligrosidad y las zonas vulnerables obligan a los bomberos a tratar cada zona diferente. Los planes de prevención son específicos por barrios, pero además, los Bombers de Barcelona ponen de relieve la necesidad "de una buena gestión de políticas públicas que ayudarían a moldear la incidencia diaria en emergencias".

"Barcelona no es homogéneamente igual", dice Pardo. Los fuegos en el interior de viviendas dependen desde la tasa inmigración hasta la antigüedad de los edificios: "Cuanta más formación, menos incendios. Cuanta más tasa de paro, menos incendios. Cuantos más comercios, más incendios. Cuanta más inmigración, más incendios... En un enchufe pueden enchufar cualquier cosa". "Los carteles de precaución ahora los hacemos adaptados a cada zona y en diferentes lenguas", para que todo el mundo sepa qué hay que hacer en caso de incendio en una vivienda, concluye el director de los Bombers de Barcelona. 

El modelo Barcelona

Los Bombers de Barcelona tienen un modelo operativo exclusivo. Trabajan con unidades y salen al ataque conjuntamente para atacar lo más rápidamente posible el fuego urbano, que a diferencia del forestal, pasa en medio de zonas habitadas donde hace falta proteger a las personas, rescatar a las posibles víctimas y apagar el fuego.

El equipo que sale en bloque son 17 personas distribuidas en dos tanques, un camión escala, el vehículo de mando y una ambulancia. Los Bombers llevan ambulancia propia con sanitarios de la plantilla. 

"¿Con eso qué conseguimos? Una metodología que ya todo el mundo conoce", dice el director de los Bombers de Barcelona Manel Pardo. La diferencia entre salir juntos al ataque y trabajar en red es que todos llegan al mismo tiempo. 

Según el director de los Bombers, "el modelo Barcelona es un modelo de éxito". El tiempo medio de intervención es de 32 minutos desde que llega el aviso hasta que los bomberos vuelven al parque. "Eso es de uno eficacia... Eso no lo encuentras en ningún sitio", concluye.

La mayoría de servicios que hacen los bomberos son incendios. Es un tercio de las salidas que hacen al cabo del año y de los 15 mil servicios a la ciudad de Barcelona.

Los incendios en Barcelona están clasificados por categorías. Cada una tiene un código y los bomberos cuando reciben el aviso ya saben cómo actuar. Las categorías son: Edificios, Locales, Túneles, Metro, Parquings, Piso, Humo en piso, Humo en local, Olla al fuego. Esta última es tal como dice su nombre, una olla al fuego que acaba provocando un incendio. Los fuegos en las cocinas son una constante en la ciudad, sobre todo en los restaurantes.

La amenaza de Collserola

"¿Los Bombers de Barcelona ven dramático un posible incendio en Collserola? No". Así de drástico responde el director de los Bombers de Barcelona cuando le preguntamos por el incendio más temido de los Bomberos de la Generalitat. El Nacional publicaba hace tres semanas que el jefe de los GRAF de los Bombers de la Generalitat, Marc Castellnou, se esperaba un gran incendio en Collserola el año pasado, por las condiciones extremas, que al final no llegó a pasar. Según Castellnou, el de Collserola, sería un fuego complicado por la cantidad de viviendas que hay, la proximidad con Barcelona y las grandes poblaciones con más densidad de población del Área Metropolitana y por la torre de comunicaciones que hay encima de la montaña. El director de los Bombers de Barcelona, sin embargo, quiere relajar los ánimos: "No estamos en este nivel ni mucho menos. La situación está muy controlada. Hay que mirar estadísticas", dice Manel Pardo. 

Paradójicamente, la competencia de apagar un fuego en Collserola la tienen los Bombers de Barcelona, no los de la Generalitat, aunque pueden pedir refuerzos como los medios aéreos. Para los Bombers de Barcelona es importante también tener en cuenta las estadísticas. Según el cálculo de probabilidades, está previsto que cada dos años se quemen 18 hectáreas en Collserola. "¿Intervinimos en el 94 del mismo modo que ahora? No, ahora lo haríamos mucho mejor", explica Pardo con los datos del último gran incendio en Collserola de 1994, cuando se quemaron 252 hectáreas.

Castellnou argumentaba el gran incendio por la gran masa forestal que hay en Collserola y su continuidad hasta el Priorat. "El hecho de que haya continuidad –responde Pardo– no quiere decir que garantice que se quemará. Si no intervinieran –refiriéndose al cuerpo de bomberos– potencialmente se puede quemar todo". Según el director de los Bombers, "no puedes hacer especulaciones sin contar con que tú intervienes. Tú planificas, tú decides qué quemas y qué no. Y sabes que eso no pasaría", concluye contradiciendo a Marc Castellnou.