Los feriantes responsables de las atracciones han vuelto a lanzar un grito de alerta ante la situación límite en que se encuentran después de más de un año de inactividad a causa del coronavirus. El presidente del Gremio de Feriantes de Barcelona y Provincia, Marcos Orus, reclama poder trabajar aunque sea con restricciones después de que el Procicat aprobara el plan sectorial en octubre y avisa de que no pueden esperar hasta el verano. "Quedan cuatro meses y estamos en una situación muy precaria", advierte en declaraciones a la ACN. "Estamos ya en las últimas, estamos arruinados", añade el vocal de la entidad, Enrique Granell. Los feriantes ven insuficiente la ayuda única de 6.000 euros para sobrevivir a 15 meses sin ingresos y asumiendo los gastos asociados a la actividad.

Habitualmente, la temporada de los feriantes empieza con la llegada de la primavera y se alarga hasta el otoño, mientras que el invierno se destina a descansar después de medio año seguido de trabajo y a mantener las atracciones. El año pasado, por lo tanto, el sector estaba a punto de arrancar la temporada de ferias, pero el inicio del primer estado de alarma a consecuencia de la pandemia lo impidió.

En diciembre, la Generalitat aprobó una ayuda de 1,8 millones de euros al sector mediante un pago único de 6.000 euros, que según el presidente del Gremio, Marcos Orus, sólo ha servido para "tapar cuatro agujeros". "Somos el único sector que no hemos abierto en ningún momento", lamenta. Mientras tanto, los feriantes han tenido que seguir asumiendo los gastos, entre otros, de los seguros de las atracciones, de las revisiones de los ingenieros para certificar la seguridad, el alquiler de las naves donde guardan los vehículos y de los impuestos de circulación correspondientes a un año sin ningún ingreso económico. "No entendemos que paguemos todos los impuestos y no tengamos derecho a trabajar mientras otros colectivos lo pueden hacer con restricciones", añade el feriante y vocal de la entidad Enrique Granell.

¿"En Catalunya, el virus es más contagioso"?

Tanto Orus como Granell explican a la ACN que el Procicat les aprobó un plan sectorial en octubre pasado –de hecho Catalunya es el único territorio del Estado que dispone de uno- pero desde entonces no han podido volver a trabajar. ¿"Para qué nos habéis aprobado el plan sectorial? ¿Para decirnos que no"?, critica Granell. El feriante ve, en cambio, como en otros lugares del Estado sí que se permite la actividad, por ejemplo, en Sevilla, València, Valladolid o Madrid. "¿Qué diferencia hay entre Madrid, Andalucía y nosotros? ¿En Catalunya, el virus es más contagioso"?, se pregunta.

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Miembros del Gremio de Feriantes de Barcelona en la nave de Martorell donde guardan las atracciones / ACN

Este plan sectorial hizo pensar a los feriantes que podrían trabajar por Navidad, como sí que lo pudieron abrir ferias como las de Santa Llúcia, el puerto de Barcelona y la Gran Via o los circos. "Con nosotros, por lo que sea, no fue posible", lamenta el presidente, Marcos Orus. Aunque el documento se elaboró en primavera, no fue aprobado hasta octubre, cuándo ya habían pasado las fiestas mayores del verano.

Ante la incertidumbre actual, Orus reclama otra ayuda para los feriantes para sobrevivir económicamente -muchos han tenido que recurrir a Cáritas o a familiares- y un tercer paquete para cuando dentro de unos meses puedan volver a la actividad. En este caso, propone que estén acondicionadas al coste de volver a salir y que cada pequeña empresa aporte la documentación necesaria a las administraciones para que fije los importes.

Tradición familiar

La profesión de feriante está fuertemente ligada a la tradición familiar y hay casos de atracciones regentadas por la cuarta y quinta generación. La primera temporada se ha aguantado "como se ha podido", según Orus, que pronostica que una segunda sin ingresos sería inviable. "Si esta temporada no pudiéramos volver al trabajo, habría familias que no podrían volver a ser feriantes", augura, precisamente cuando se han dado a conocer los malos datos del paro en Catalunya.

Por su parte, Granell ve, como en su caso particular, "a los 56 años ya es muy difícil reinventarse" después de toda la vida trabajando como a feriante. "He trabajado mucho, pero en el sector. ¿Dónde vas a pedir trabajo"?, señala el vocal del gremio, que remarca que el negocio se ha desvalorizado, ya que si los feriantes se quisieran vender las atracciones la actividad no está permitida. "Que venga alguien y nos explique la fórmula para que nosotros podamos sobrevivir a la pandemia", finaliza.

Con todo, Granell no descarta nuevas movilizaciones "donde haga falta" si cuando se concrete una nueva desescalada y se abran parques como el Tibidabo o Port Aventura la Generalitat sigue sin permitir que los feriantes reanuden la actividad. El año pasado, el colectivo ya organizó una marcha lenta a las vías de acceso en la ciudad de Barcelona y se manifestó en las puertas del Parlament.

 

Imagen principal: Una atracción de feria cargada en un camión / ACN