Antonio Tejero Molina, el exteniente coronel de la Guardia Civil que protagonizó el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, ha recibido este viernes el alta hospitalaria y continuará su recuperación en casa, según ha informado el despacho A. Cañizares Abogados en nombre de la familia. El comunicado, remitido a la agencia Efe, asegura que Tejero se encuentra en una “situación de estabilidad clínica” y que seguirá el proceso de recuperación en el “entorno familiar”. El antiguo mando de la Guardia Civil, de 93 años, había sido ingresado en estado terminal recientemente en un centro hospitalario.
Según la versión facilitada por la familia, Tejero recibió los sacramentos y la bendición papal mientras se encontraba en fase terminal en un centro hospitalario de Carcaixent, en el País Valencià, donde había sido ingresado por complicaciones de salud graves. A lo largo del jueves, varios medios de comunicación llegaron a informar de su muerte. Ante estas informaciones, la familia emitió un comunicado en el que negaba categóricamente el deceso del guardia civil golpista y advertía que emprendería acciones legales contra cualquier medio o persona que lo hubiera dado por muerto sin confirmación oficial. El texto también remarcaba que, pese a la gravedad de su estado, Tejero se encontraba consciente y sereno, y que cualquier comunicación sobre su situación sería gestionada exclusivamente a través de sus representantes legales.
Tejero entró en la Guardia Civil en 1951, pero es recordado sobre todo por haber sido la cara visible del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, cuando irrumpió en el Congreso de los Diputados pistola en mano durante la sesión de investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo. A gritos de “¡quieto todo el mundo!, ¡al suelo!, ¡se sienten, coño!”, y disparando contra el techo de la cámara baja, retuvo durante horas al gobierno en funciones y a los diputados presentes, en un intento fallido de revertir el sistema democrático. Al día siguiente, tras el fracaso de la operación, Tejero se entregó a las autoridades. En 1983 fue juzgado y condenado a 30 años de prisión por un delito de rebelión militar consumado, agravado con reincidencia, y expulsado del cuerpo de la Guardia Civil. Sin embargo, solo cumplió 15, siempre en centros penitenciarios militares, hasta que el 3 de diciembre de 1996 salió en libertad condicional.
El último momento de exposición del golpista se dio en 2023, cuando el PSOE negociaba con los partidos independentistas para formar gobierno. Tejero denunció a Pedro Sánchez ante la Fiscalía General del Estado por “maniobras antiespañolas”, que “están poniendo en riesgo la identidad de la patria” y que “han dañado estos valores desde el momento en el que Sánchez y los miembros de su gobierno empezaron a negociar con independentistas catalanes, vascos y asesinos de ETA”.