Acabamos de cerrar un verano en que los termómetros han marcado cifras nunca vistas y el calor se ha hecho insoportable, cosa que ha agravado los incendios estivales. La crisis climática ya está aquí y sus efectos los hemos empezado a notar mucho antes de lo que todo el mundo esperaba. Las temperaturas extremas, la sequía, las lluvias torrenciales y el calentamiento del agua del mar serán habituales a partir de ahora.
La salud del planeta está en riesgo, como muestra la pérdida de biodiversidad. Y nuestra salud, como descubrimos a la pandemia, está muy ligada a la salud del planeta.
La crisis climática ya está aquí y sus efectos los hemos empezado a notar mucho antes de lo que todo el mundo esperaba
El 24 de octubre se celebra, como cada año, el Día internacional contra el Cambio Climático para concienciar a la sociedad sobre la importancia del mayor reto que tiene en estos momentos la humanidad. El calentamiento global es un desafío especialmente grave en la cuenca mediterránea, donde el aumento de la temperatura se prevé que sea un 20% superior a la media del planeta. La desertización avanza, las cosechas están en riesgo y todo un modelo de sociedad tiene que ser repensado. Por eso, hace falta una gestión sostenible y resiliente, de los recursos naturales, empezando por el agua, un elemento básico para la vida.
Anticiparse y tejer alianzas
Para afrontar el nuevo escenario climático, Aigües de Barcelona apuesta por prepararse, anticiparse y tejer alianzas para conseguir una responsabilidad compartida entre administraciones, empresas y ciudadanía. La colaboración público-privada es esencial para sumar esfuerzos y conseguir resultados en la lucha contra el cambio climático.
La compañía tiene una hoja de ruta para alcanzar la descarbonización de todas sus actividades y, de esta manera, llegar a la neutralidad climática el año 2050. Las emisiones de dióxido de carbono (C02) y de otros gases de efecto invernadero son una de las causas principales del calentamiento global. Un problema causado por la actividad humana y agravado por la larga pervivencia del CO₂ en la atmósfera.
Generación de energía verde y digitalización
La transición energética es una pieza clave en la descarbonización. Aigües de Barcelona tiene un compromiso activo para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y aumentar la generación eléctrica renovable en sus instalaciones, haciéndolas más autosuficientes. Entre otras cosas, apuesta por la producción de energía renovable fotovoltaica, la que aprovecha una fuente inagotable y totalmente ecológica: el sol.
Aigües de Barcelona tiene un compromiso activo para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y aumentar la generación eléctrica renovable
Gracias a un ambicioso plan de inversiones, la compañía prevé aumentar la producción de este tipo en 10,4 gigavatios/hora (GWh) al año, y pasar de un nivel de autosuficiencia energética del 9,74% en el 2021 al 14,6% a corto plazo. Este plan se materializó en 2022 con la puesta en marcha de siete instalaciones de generación fotovoltaica (cuatro estaciones de bombeo de agua residual, dos depósitos de la red de abastecimiento y una de sus oficinas), con la posibilidad en algunos casos de inyección y venta de los excedentes de energía.

Para el conjunto de sus actividades, la compañía compra electricidad con garantía que ha sido producida con fuentes renovables y su flota de vehículos también es sostenible, ya que apuesta por vehículos electrificados.
Agua de proximidad, accesible y estable
La Agència Catalana de l’Aigua estima que el cambio climático provocará una reducción del 22% en los recursos de agua disponibles en el litoral catalán. Ante este reto, Aigües de Barcelona apuesta por la reutilización del agua regenerada, que es aquella que sale de las depuradoras y se somete a un tratamiento adicional para ser apta para nuevos usos.
El agua regenerada es un ejemplo de la economía circular, donde todos los recursos se reaprovechan de manera permanente, y permite asegurar la disponibilidad de recursos hídricos sin depender de la lluvia (cada vez más escasa e irregular) y de la extracción de ríos y acuíferos. Se trata de un agua accesible y estable. Además, contribuye a proteger y restaurar la biodiversidad y los ecosistemas, reduciendo la huella hídrica porque es un agua de proximidad.
La Agència Catalana de l’Aigua estima que el cambio climático provocará una reducción del 22% en los recursos de agua disponibles al litoral catalán
En la actualidad se está bombeando agua regenerada desde la estación de regeneración del Baix Llobregat aguas arriba del río hasta Molins de Rei para reutilizarla como agua prepotable. De esta manera, se aporta agua regenerada al río para que la planta potabilizadora de Sant Joan Despí la capte aguas abajo y la trate de nuevo para convertirla en agua potable y seguir el ciclo del agua.
En un año normal, el 95% de los recursos de agua para la metrópolis de Barcelona están vinculados a la climatología, es decir, agua superficial y subterránea, mientras que el 5% es agua de mar desalinizada. En una situación de sequía como el actual, el 19% del recurso hídrico corresponde a agua superficial (ríos, principalmente), el 23% en agua subterránea (pozos y acuíferos), el 33% en agua desalinizada y el 25% en agua regenerada.
Conseguir ciudades más sostenibles y resilientes ante la emergencia climática estructural requiere conocimiento y esfuerzo colectivo continuo. Este es el camino.
Imagen principal: El agua regenerada permite asegurar la disponibilidad de recursos hídricos sin depender de la lluvia.