Un agente de la Guardia Urbana y una persona sin hogar deben sentarse este miércoles en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Barcelona, que los juzgará, conjuntamente, acusados de dos acciones violentas entre ellos, en 2020. La Fundación Arrels, en representación del hombre sin hogar -Marjan, de 43 años y de nacionalidad húngara- pide una pena de 10 años de prisión para el urbano que disparó un tiro en el abdomen al sintecho, cuando supuestamente le amenazaba con un cuchillo. La entidad -que atiende y orienta a personas sin hogar en Barcelona (unas 2.924 anuales, según informa)- acusa al agente de los delitos de intento de homicidio y lesiones y con la agravante de aporofobia (es decir, odio al pobre). Por el contrario, la Fiscalía pide la absolución del policía, al aplicarle las circunstancias eximentes de “legítima defensa” y de actuar en “ejercicio de su cargo”.
Paralelamente, la Fiscalía acusa al sin techo del delito de atentado contra la autoridad, pero pide que el ingreso en prisión se le conmute por una pena de 4 años de internamiento en un centro médico, ya que Marjan sufre un trastorno delirante crónico con esquizofrenia paranoide también crónica y en el momento de los hechos sufría un episodio psicótico agudo que anulaba sus facultades intelectivas y volitivas. Marjan sigue viviendo en la calle. Si no hay ningún cambio, la sección 2.ª de la Audiencia de Barcelona ha programado celebrar el juicio en dos sesiones, este miércoles y el jueves.
Acción polémica
Los hechos ocurrieron la tarde del día 21 de noviembre de 2020, cuando Marjan se encontraba en la entrada de un edificio del Passeig Sant Joan de Barcelona con sus pertenencias acumuladas que impedían el acceso de los vecinos de la finca. Se llamó a la Guardia Urbana para que actuara. Al llegar los agentes en el vehículo policial, el acusado empezó a caminar rápidamente, arriba y abajo, mientras los agentes le pedían que se detuviera y que recogiera sus pertenencias.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, “el acusado hizo caso omiso”. A la altura de la calle Casp siguió caminando hasta la plaza Tetuan. Una furgoneta policial intentó barrarle el paso, pero -según el relato del ministerio fiscal- “el acusado se lanzó hacia el agente con el cuchillo en la mano derecha”, y el agente “temió por su integridad física”, y que "cuando el sintecho se encontraba ya a poca distancia de él, disparó su arma reglamentaria: primero un disparo hacia el suelo que no detuvo al acusado y un segundo disparo que le hizo caer, herido gravemente".
La abogada de Arrels contradice este relato y sostiene que fue el agente quien causó lesiones a Marjan, que estuvo cuatro meses ingresado en el hospital de Sant Pau hasta que le dieron el alta.
El agente fue apartado a tareas administrativas de la Guardia Urbana hasta marzo de 2021, al acabar la instrucción de los hechos, momento en que volvió a patrullar.