Fumata negra en el Vaticano después de una primera votación en el cónclave que se ha hecho esperar, cosa que significa que este miércoles no se ha llegado a una mayoría de dos tercios entre los cardenales para elegir al nuevo papa. Si bien se esperaba que se conociera una decisión hacia las siete de la tarde, el humo negro no ha empezado a salir de la chimenea sobre la Capilla Sixtina hasta las nueve de la noche, un poco más de tres horas después de que empezara formalmente el cónclave.
🔴 Cónclave para escoger al nuevo papa, DIRECTO | Última hora desde el Vaticano y de los cardenales
La de este miércoles por la tarde ha sido la primera votación para designar al sucesor de Francisco —muerto el pasado 21 de abril, hace diecisiete días—, después de que a las 17.46 horas se cerraran las puertas de la Capilla Sixtina con el Extra omnes (todo el mundo fuera) pronunciado por el Maestro de Ceremonias vaticano, Diego Ravelli. Ahora, este jueves los 133 cardenales electores se volverán a reunir desde las nueve de la mañana para nuevas votaciones. Está previsto que haya un máximo de dos votaciones por la mañana y dos más por la tarde. Y, si en las primeras de cada turno no hay acuerdo, solo habrá dos fumatas, previsiblemente a partir de las doce del mediodía y de las siete de la tarde. En caso de que hubiera una fumata antes de estas horas, sería indicativo que los cardenales han otorgado la mayoría de dos tercios a uno de ellos —es decir, 89 votos—. Pero si vuelven a ser negros, habrá nuevos escrutinios el viernes, y así hasta un máximo de tres días; si entonces no ha habido acuerdo, se les concederá una pausa de un día para reflexionar y hablar entre ellos. Cuando haya fumata blanca, el nuevo papa se presentará ante los fieles, la ciudad y el mundo desde la lonja central de la basílica de San Pedro y se acabará así el periodo de sede vacante, que empezó con la muerte de Jorge Bergoglio.
Después de la votación de este miércoles, los purpurados han podido salir de la Capilla Sixtina para cenar y dormir, pero siempre dentro del territorio vaticano (menos de medio kilómetro cuadrado en el centro de Roma), ya que tienen prohibido abandonarlo o comunicarse con el exterior —violar esta norma compuerta pena de excomunicación—. Antes de cerrar las puertas, los cardenales han jurado ante los Evangelios guardar "el secreto" sobre "todo lo que ocurra en el lugar de la elección concerniente directa o indirectamente al escrutinio", entre otras cosas.
Más de 30.000 personas, según fuentes policiales, han asistido a la plaza de San Pedro para presenciar la primera fumata del cónclave. Había mucha expectación en la plaza, alimentada por la duración de esta primera votación. Todas las miradas se dirigían hacia la chimenea sobre la Capilla Sixtina, en el tejado de la cual una gaviota (o dos) se ha puesto durante gran parte de la tarde, como la espectadora más próxima del acontecimiento.