Una investigación policial se puede centrar en acreditar la participación de unas personas en un hecho delictivo concreto, pero también se puede investigar yendo a la raíz. Qué se esconde detrás de la organización que comete los delitos y qué motivación hay, más allá del hecho delictivo concreto. Es lo que ha hecho el Área Central de Delitos Económicos de los Mossos d'Esquadra y que ha permitido relacionar asaltos con explosivos en cajeros automáticos de Barcelona y el País Valencià con los tentáculos de la peligrosa mafia marroquí-holandesa Mocro Maffia.

En una investigación conjunta entre los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional se ha conseguido llegar a desmantelar la facción catalana de esta mafia, que ya estaba instalada en Catalunya y que, de manera coordinada con la cúpula instalada en los Países Bajos, blanqueaba dinero para la organización mientras también se dedicaba a hechos delictivos en nuestra casa. Además del narcotráfico, que es lo que ha hecho fuerte a esta mafia, liderada por personas de origen marroquí nacionalizados holandeses y españoles, también se dedicaban a hacer saltar por los aires cajeros automáticos para robar dinero. La investigación por estos robos permitió a los Mossos llegar hasta Barcelona, donde la facción catalana se había instalado y desde donde empezaba a extender su poder para blanquear dinero con operaciones inmobiliarias, compra de vehículos y también desde un bar del Eixample de la capital de Catalunya.

La Mocro Maffia catalana, instalada en Barcelona

Los Mossos detectaron que los hombres, todos entre 30 y 35 años, todos con origen en el norte de África, que estaban vinculados con los robos en cajeros llevaban un ritmo de vida muy elevado, muy superior a lo que se podrían permitir por sus ingresos. Este hecho motivó una investigación patrimonial que ha dirigido el subinspector José Merino y que permitió relacionar a los investigados con el blanqueo de dinero que procedía del crimen organizado, hechos que se habían cometido a Catalunya y hechos que también se habían cometido fuera, pero que encontraban en nuestra casa un espacio idóneo para ser blanqueados.

RDP mossos policía nacional Inspector Esteban Patricio José Merino / Foto: Montse Giralt
El subinspector Merino de los Mossos y el inspector Patricio de CNP / Foto: Montse Giralt

Uno de los puntos desde donde se blanqueaba dinero de la Mocro Maffia era un bar especializado en el consumo de pipas de cachimba. Un establecimiento situado en el distrito del Eixample, de gran envergadura, que uno de los investigados, relacionados con los detenidos, era el propietario. Desde la facción catalana de la mafia se invertía dinero en el negocio con el fin de poder rentabilizarlos y poder retirarlos, una vez blanqueados. Los integrantes de esta organización colaboraban con despachos de abogados para empezar a arraigarse en Catalunya, y es por eso que desde los Mossos y de la Policía Nacional celebran, por esta modelo de investigación patrimonial, poder haberlos interceptado a tiempo y antes de que fuera demasiado tarde.

El subinspector de los Mossos, especialista en este tipo de guerra financiera contra los criminales, un método que también se pone en práctica en la lucha contra las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de marihuana, ha puesto de relieve la peligrosidad de esta mafia y el riesgo de su instalación en Catalunya. No solamente habita en el ámbito criminal, la mafia, y esta en concreto, capilariza también en entornos empresariales o públicos, aseguran los expertos. Hay que recordar que la Mocro Maffia está relacionada con el acoso que sufre la realeza de Holanda y también con decapitaciones, amenazas y asesinatos contra fiscales y periodistas que les han plantado cara en los Países Bajos.

Dos detenidos en Holanda y 2M€ intervenidos

El pasado 13 de octubre se pudo explotar el caso, bautizado como caso Tandem, y se detuvieron siete personas, cinco en Catalunya y dos en Holanda. En el registro en Holanda la policía encontró un escondite con 2.000.000 de euros que la banda tenía previsto poder introducir en el mercado legal, desde el negocio de Barcelona y otros negocios de restauración que querían poner en marcha, con el fin de ser blanqueados. En Holanda fueron detenidos dos hombres, los dos líderes de la facción catalana, que vivían a caballo entre aquel país y Barcelona, donde estaban instalados con sus familias y donde, según han explicado desde los Mossos, pasaban desapercibidos. Los dos líderes, de unos 30 años, marroquíes y nacionalizados, han ingresado a prisión.

La investigación que han liderado desde el Área Central de Delitos Económicos de los Mossos sigue en marcha y con toda la información recogida se seguirá trabajando por, en primer lugar, evitar que la mafia se reproduzca en Catalunya, aprovechando el hueco dejado ahora, y también poder relacionar los arrestados con la cúpula y el todopoderoso Ridouan Taghi.