Después de concatenar mes tras mes de temperaturas recuerdo, 2023 se alza como el año más caluroso desde que hay registros. Es más, según el informe del Servicio de Cambio Climático de Copérnico (CCCS) de la UE, el año pasado fue el más caluroso de los últimos 100.000 años. Por término medio, en el 2023 el planeta ha estado 1,48 °C grados centígrados más caliente que la temperatura media de lo mismo en el periodo previo a la industrialización. Se trata de una cifra muy próxima a la que se recoge en los Acuerdos de París, ¿el gran problema? Los 1,5 °C de calentamiento globales acordados en aquellos acuerdos eran por final de siglo, no para la primera veintena de años del siglo XXI. Así pues, apuntar que no se están cumpliendo los compromisos climáticos es quedarse corto.

Samantha Burgess, la subdirectora del CCCS, ha alertado en unas declaraciones recogidas por The Guardian: "El 2023 fue un año excepcional, con los récords climáticos que cayeron como un dominó. Las temperaturas durante el 2023 probablemente superan las de cualquier periodo en al menos los últimos 100.000 años". Por su parte, el director del CCCS, Carlo Buontempo, ha apuntado la gravedad de estos datos que dejan en papel mojado los Acuerdos de París. "Esto tiene consecuencias profundas para el Acuerdo de París y todos los esfuerzos humanos. Si queremos gestionar con éxito nuestro riesgo climático, debemos descarbonizar urgentemente nuestra economía mientras utilizamos los datos y el conocimiento climáticos para prepararnos para el futuro", ha alertado al científico.

El año de los récords fatídicos

No solo se ha batido el récord de año más caluroso jamás registrado, también se han desmenuzado otros récords de muchos negativos. En el informe provisional presentado por la ONU durante la Cumbre del Clima (COP28) en Dubai se recogían los indicios que apuntan que en 2023 también superará los récords históricos de concentración de gases de efecto invernadero medidos en 2022, que ya era un 150% superior a la era preindustrial en el caso del dióxido de carbono (CO₂). La concentración de metano (CH4) medida en 2022 era un 266% superior a la del período 1850-1900, y la de óxido nitroso (N2O) un 124%, niveles que ya se han superado este año en mediciones en estaciones meteorológicas estratégicas como las de Mauna Loa (Hawai) o Tasmania (Australia).

La cosa no termina aquí: la Antártida alcanzó un mínimo histórico en la extensión de su hielo marino, con solo 1,79 millones de kilómetros cuadrados en febrero, la cifra más baja desde que se empezaron a hacer medidas satelitales 1979. Datos igualmente inquietantes se registraron en el Ártico, donde el valor mínimo de extensión al año (4,23 millones de kilómetros cuadrados en septiembre) fue el sexto más bajo jamás registrado, o en los Alpes europeos, donde las mediciones en Suiza son catastróficas.

Otro récord muy preocupante hace referencia al aumento del nivel del mar. Este año se ha sufrido una subida del nivel del mar sin precedentes, relacionada precisamente con la fundición de glaciares y masas de hielo. Desde la ONU se recordó en la presentación de estos datos provisionales que valores de récord en diferentes indicadores han estado acompañados en 2023 de fenómenos climáticos igualmente extremos que han causado grandes pérdidas económicas y humanas, caso de las inundaciones que el ciclón Daniel causó a países como Grecia, Bulgaria, Turquía o Libia.

 


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