Es septiembre y todavía hace calor. Las olas de calor continúan bien presentes por todas partes y los científicos ya constatan que este verano ha estado asfixiando y el más caluroso que nunca se ha registrado. Y por un margen significativo.

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De junio a agosto fue el periodo más cálido del planeta desde que empezaron los registros en 1940, según datos del Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea.

Un verano tremendamente caluroso

La temperatura media mundial este verano ha sido de 16,77 grados Celsius (62,19 Fahrenheit), según Copernicus, 0,66 grados Celsius por encima de la media de 1990 en el 2020, superando el récord anterior, establecido en agosto del 2019, en casi 0,3 grados Celsius.

Normalmente, estos récords, que siguen la temperatura media del aire en todo el mundo, se superan en centésimas de grado.

Este es el primer conjunto de datos científicos que confirma lo que muchos creían que era inevitable. Ha sido un verano tremendamente caluroso en amplias zonas del hemisferio norte (incluidas partes de los Estados Unidos, Europa y Japón) con olas de calor sin precedentes y temperaturas oceánicas sin precedentes.

Los meses más cálidos

El planeta experimentó el junio más caluroso nunca registrado, seguido de julio más caluroso, los dos batiendo récords anteriores por amplios márgenes.

Agosto también fue el mes más cálido nunca registrado, según los nuevos datos de Copernicus, y más cálido que cualquier otro mes de este año, excepto julio. La temperatura media mundial del mes fue de 16,82 grados Celsius, 0,31 grados más cálida que el récord anterior establecido en el 2016.

Temperaturas récord en los océanos

Según Copernicus, cada día desde finales de julio hasta finales de agosto, las temperaturas del océano superaron el récord anterior establecido en el 2016. Todavía no claro está si este año acabará siendo lo más cálido nunca registrado en el planeta, pero parece seguro que estará muy cerca.

¿Qué pasará con el turismo en el sur de Europa?

Como la región más visitada del mundo, que representa el 51% de todas las llegadas internacionales (743 millones de turistas en el 2019), Europa depende en gran manera del turismo como principal motor económico, generando directamente el 5% del PIB de la UE. Sumando la contribución de los sectores auxiliares, el turismo aporta directa e indirectamente más del 10% del PIB de la UE. No obstante, a medida que aumentan las temperaturas y los patrones climáticos se vuelven más impredecibles, hacen falta acciones para conseguir la sostenibilidad del turismo.

La primera evaluación regional, que explora la influencia futura histórica y el potencial del clima en la demanda turística europea, revela una relación consistente y sólida entre los dos, tal como expone la misma web de la Comisión Europea. Basado en datos de 269 regiones europeas durante un periodo mensual de 20 años, el estudio mapa el efecto de las condiciones climáticas actuales al turismo y simula impactos futuros hasta el año 2100, basándose en 10 modelos climáticos y considerando cuatro niveles de calentamiento (1,5 °C, 2 °C, 3 °C y 4 °C).

Se espera que los patrones de estacionalidad experimenten cambios sustanciales con diferentes impactos entre las regiones. Se espera que las regiones costeras del norte de Europa experimenten un aumento de más del 5% a la demanda durante los meses de verano y principios de otoño. Por el contrario, se prevé que las regiones costeras del sur pierdan casi al 10% de los turistas de verano en comparación con el presente, particularmente en escenarios de clima más cálido (3 °C y 4 °C).