El acoso escolar es una realidad que sufren muchos niños y adolescentes por todo el Estado, algo que los afecta en su día a día y en su autoestima. Concretamente, según un estudio publicado hoy, un 24,4% de los alumnos, es decir, 1 de cada 4, percibe que hay un caso de acoso escolar en sus aulas. Esta es una cifra que crece en casi 10 puntos respecto del 15,2% del curso de la pandemia, un número que se reduce desde el 2019, cuando la cifra (34,1%) todavía era más preocupante. Con todo, no sólo varían las cifras, según este informe de la fundación Anar y Mutua Madrileña, sino que también cambia el tipo de acoso: cada vez hay menos agresiones físicas, pero es más frecuente el abuso en grupo y también insultar o poner sobrenombres que pueden hacer daño a los niños.

Estos datos salen a la luz pocas semanas después de que el caso de acoso a un niño de Mallorca diera la vuelta a todo el Estado, después de que unos compañeros lo insultaran por su sobrepeso y lo grabaran en vídeo. Este chico recibió el apoyo de personajes anónimos y famosos le quisieron dar apoyo para denunciar una situación que sigue siendo muy común. Precisamente, según se hace palas en el estudio, los motivos tras el acoso siguen siendo el aspecto físico de la víctima (56,5%) y las cosas que hace o dice la persona asediada (53,6%). Con todo, los alumnos entrevistados por este estudio también señalan que las buenas notas académicas pueden ser un motivo detrás de los casos de acoso.

Acoso por el aspecto físico o por las buenas notas

Una de las conclusiones principales de este estudio es que el acoso ha cambiado desde la covid, cuando se hizo durante una primera etapa clases online y después se devolvió a las aulas, pero con medidas como los grupos burbuja o las mascarillas, que se convirtieron en un escudo de protección para aquellos alumnos más vulnerables o tímidos, inseguros con su aspecto físico. En el último curso escolar, la forma más habitual de acoso fueron los insultos, sobrenombres y burlas, que representan un 89,5% de los casos; mientras que el resto se redujeron, entre las cuales destacan las agresiones físicas.

Por otra parte, también crece la cifra de acoso por parte de más de una persona, o acoso en grupo. Este representa el 72,6% de los casos, mientras que cada vez hay menos compañeros que asedian a otro alumno en solitario. El 2018 y 2019, este tipo de acoso en grupo solo representaba un 43,7% del total. Con todo, se reduce significativamente el ciberbullying, es decir, el acoso en línea, que creció en motivo de las clases online por la pandemia, aunque este sigue teniendo lugar principalmente a través de servicios de mensajería como Whatsapp.

¿Qué hacen los profesores ante el acoso?

Uno de los datos más preocupantes del estudio es que casi 2 de cada 4 alumnos (45%) cree que los profesores no hacen nada ante el caso de acoso de un compañero; cifra similar al porcentaje que cree que sus propios compañeros ignorarían esta situación. Esta cifra crece hasta un 61,7% en el caso de los alumnos que creen que el centro escolar no reacciona ante los casos de acoso.

Por su parte, casi la mitad del profesorado encuestado ha tenido conocimiento de algún caso de acoso y de estos docentes, un 69% son mujeres. Normalmente, se enteran a través de los compañeros o de la familia del afectado, aunque también los alumnos asediados son, a veces, los que informan a los profesores. En su caso, creen que un uso inadecuado de las redes sociales, la presión de los amigos y la falta de respeto están detrás de la mayoría de casos.