Chernobil, Alcàsser o Puerto Hurraco no sólo son escenarios de series y documentales sino también espacios turísticos para los que deciden pasar sus vacaciones en sitios marcados por muertes, catástrofes o sucesos macabros, un "turismo oscuro" que se ha visto impulsado por estas producciones de éxito. Sin embargo, ¿de dónde viene la palabra? Thanatourism viene del griego antiguo "Tánatos" y se utiliza para personificar la muerte. Está asociado con el turismo oscuro, especialmente a la muerte violenta. A pesar de todo, la importancia de estos lugares no se debe sólo a las asociaciones con la muerte y el padecimiento, sino principalmente a su valor histórico.

Recrear el drama que viven muchas personas en la frontera de los EE. UU. y México en un "tour experimental" con actores disfrazados de policías mientras los turistas atraviesan la frontera por la noche, visitar la cueva Tham Luang, donde quedaron atrapados doce niños tailandeses, o los escenarios de los genocidios de Ruanda o Camboya son algunos de los destinos del llamado "turismo oscuro". La ruta "Helter Skelter" que recorre a Beverly Hills los sitios de los crímenes de Charles Manson y sus seguidores o los "narco tours" que en Medellín recuerdan a Pablo Escobar se han convertido también en lugares de ocio y entretenimiento.

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¿De dónde viene el tanatoturismo?

La palabra "tanatoturismo" es un oxímoron o figura retórica que utiliza dos conceptos de significado opuesto en una misma expresión, en este caso, mezcla el turismo concebido como una actividad relacionada con "el placer y el disfrute y el dolor, el sufrimiento y la muerte", según explica profesor de la UOC y estudioso del tema Daniel Liviano.

Aunque nos parezca reciente, este fenómeno es "muy antiguo" porque al ser humano "siempre le ha atraído la muerte" y ya en la Inglaterra del siglo XVII se preparaban tours para ver ejecuciones públicas con gran éxito de espectadores y, en Francia, las muertes por guillotina tenían innumerables seguidores.

El gran "boom" experimentado por el turismo en el siglo XX ha llevado a algunos operadores turísticos a explotar y rentabilizar "el morbo" del ser humano por la muerte.

El éxito de Chernobil

Lejos de asustar a los turistas, la miniserie Chernobyl, el último éxito de HBO, ha incrementado el número de personas que visitan la ciudad fantasma de Prípiat y la zona de exclusión establecida después del accidente de la central nuclear, aunque la serie narra el desastre ocurrido allí, la pésima gestión de la catástrofe y las consecuencias que se derivaron.

Las previsiones para este año apuntan a que unos 100.000 turistas visitarán Chernobil, doblando las cifras registradas el año 2017.

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En internet, se pueden encontrar anuncios de excursiones a Chernobil que animan a los viajeros a ver los "devastadores efectos que tuvo el accidente de Chernobil" y otros que por 391,95 euros por persona proponen sumergirse en la zona con un guía experimentado, un traje contra la radiación y su propio contador Geiger, que permite medir la radiación de un lugar.

Liviano ha asegurado que el "tanatoturismo" es un fenómeno "complejo y heterogéneo" en lo que las motivaciones de los turistas son muy diferentes, así como los destinos y actividades realitzadas. Este tipo de turismo, para muchos "macabro", puede tener una motivación moral o espiritual, cuando se busca visitar el escenario de una tragedia o un genocidio para mostrar empatía con las víctimas, recordarlas y honrarles.

Visitas a los campos de concentración

Sería el caso de las visitas a los campos de concentración, como el de Mauthausen, que también pueden tener una vertiente pedagógica aunque se dan casos de personas más "frívolas e irrespetuosas" que se hacen selfies en los crematorios o al lado de los carteles.

La fascinación y la curiosidad morbosa es otra motivación que arrastra a los turistas en estos lugares, incluso la "alegría por el sufrimiento ajeno" o ir a un lugar para asegurarse de que la gente que sufrió allí recibió "su merecido".

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La búsqueda de diversión relacionada con la muerte es un incentivo para algunos, mientras que otros visitan estos sitios sin una motivación concreta, sólo porque está de moda o incluido en un paquete turístico, cosa que lleva a mucha gente al Valle de los Caídos, según este estudioso del tema.

La lista de destinos para este "turismo oscuro" es interminable y también incluye, según Liviano, museos sobre torturas, prisiones, como la de Alcatraz en San Francisco, cementerios o lugares de catástrofes naturales como Pompeya.

Los destinos oscuros de España

En España, también tenemos nuestros destinos "oscuros" como Puerto Hurraco, donde en 1990 unas disputas familiares se cobraron nueve muertos, o Alcázar, la población valenciana donde tres adolescentes fueron brutalmente asesinadas, que son visitadas por turistas que quieren ver dónde ocurrieron las tragedias.

Los habitantes de las dos localidades "están bastante enfadados" con esta situación y "no les gusta que vaya gente a ver o preguntar dónde ocurrió la tragedia" y tampoco la fama que se les ha quedado "por unos hechos puntuales".

Liviano incluye en el "turismo oscuro" nacional las celebraciones en Semana Santa, las visitas en el Valle de los Caídos o en escenarios de la Guerra Civil, como Belchite (Zaragoza) o Corbera d'Ebre (Terra Alta).