La CUP ha presentado una denuncia contra el alcalde de Santa Susanna (Maresme), Joan Campolier, el Ayuntamiento y la Agencia Catalana del Agua (ACA) por supuestos delitos contra el medio ambiente y por prevaricación por omisión. El escrito ha sido registrado este lunes delante de la Fiscalía Provincial de Medio Ambiente, en la Ciutat de la Justícia, por el diputado Dani Cornellà. En declaraciones a los medios, Cornellà ha alertado de que desde el mes de febrero el Ayuntamiento ha estado vertiendo aguas freáticas procedentes de las obras del Pla de Balasc sin la correspondiente autorización. Según la formación, el consistorio ha sido advertido para que paralizara inmediatamente tanto la extracción como el bombardeo del agua hacia el mar, pero el gobierno local ha hecho caso omiso al requerimiento. La CUP remarca que Campolier es "plenamente consciente" de los hechos y que, incluso, los ha reconocido públicamente.

La denuncia recoge que el consistorio ha estado derivando estas aguas freáticas desde febrero hasta agosto de 2025, y que el alcalde es conocedor a pesar de la solicitud de paro. Según Cornellà, eso implica mantener un delito en curso. Además, la formación denuncia que se han llegado a acumular cuatro millones de metros cúbicos de agua extraída, de los cuales el Ayuntamiento admite haber lanzado un 25% al mar entre febrero y el 25 de agosto de 2025.

Otro punto de la denuncia es la construcción de una balsa de acumulación de aguas freáticas en una parcela de Pineda de Mar clasificada como zona verde, y para la cual tampoco se dispondría de los permisos necesarios. El escrito presentado señala que desde hace siete meses se llevan a cabo bombeos continuados al paso soterrado bajo la vía del tren, derivando el agua al mar sin proyecto aprobado, estudios hidrogeológicos ni autorizaciones de las administraciones competentes.

La situación ha despertado también las quejas del campesinado del Pla de Balasc, que a principios de agosto reclamaron parar los trabajos por la afectación sobre los acuíferos. Los agricultores denuncian que los bombeos han provocado la bajada del nivel freático y la pérdida de calidad en al menos dos de los cuarenta pozos de la zona. Aseguran que el agua recogida en la balsa se ha estado vertiendo al mar sin permiso, un extremo que el alcalde ha admitido. Delante de la presión de la ACA, este vertido se ha detenido en los últimos días, pero la CUP insiste en que hay que suspender inmediatamente todas las obras.

Los agricultores, contra el Ayuntamiento

El conflicto entre el Ayuntamiento y el campesinado del Pla de Balasc viene de lejos. Los agricultores ya se movilizaron a finales del año pasado para intentar frenar el proyecto de ampliación del camino entre los campos de la huerta de Santa Eulàlia y las vías del tren, que pasa de siete a quince metros de anchura. Para hacerlo, el consistorio expropió parte de las fincas, lo cual generó oposición por el impacto en muros perimetrales y accesos a las propiedades. Sin embargo, los trabajos salieron adelante.

Ahora, los campesinos alertan de que las obras del paso soterrado están provocando consecuencias directas sobre los pozos, con descenso de los niveles de agua y riesgo de salinización. Explican que el sistema de bombeo deriva el agua en una balsa situada al lado mar de las vías, y desde allí se ha enviado una parte hacia la montaña —donde todavía son visibles restos de agua en otros pasos soterrados— y otra directamente cabe en el mar.

Campolier ha admitido que este vertido se hacía sin disponer del permiso pertinente. El alcalde lo justifica por el hecho de que, a pesar de haber solicitado la autorización al principio de año, el trámite ha quedado atascado entre Costes y la ACA: "Costes nos pide un informe de la ACA y la ACA nos pide un informe de Costes, y el resultado es que el permiso todavía no ha llegado", ha explicado.

La versión de Territori

Fuentes del Departament de Territori, sin embargo, han puntualizado que la ACA solo había autorizado en mayo del 2025 la derivación temporal de aguas freáticas a una balsa de infiltración, y que en ningún momento se permitía verterlas al mar. En cumplimiento del requerimiento, el Ayuntamiento anunció al principio de agosto que se habían detenido los vertidos, cosa que ha obligado a suspender temporalmente las obras hasta que la ACA compruebe que no hay nuevos vertidos y que los parámetros iniciales se están cumpliendo.

Según Campolier, el proyecto cuenta con todas las validaciones necesarias, y ha remarcado que la ACA estaba informada de las extracciones por debajo del nivel freático, con bombeos tanto al lado mar como al lado montaña de la vía. El alcalde ha añadido que las aguas tienen características diferentes —las del lado montaña son dulces, mientras que las del lado mar presentan más salinidad—, y que, en todo caso, el consistorio trabaja con los permisos correspondientes.