Cada año hay un tema del verano. Los últimos han sido marcados por incendios o por casos de corrupción. Algunos de ellos inesperados y la punta de un entramado que ha salpicado al mismo gobierno de la Generalitat. Los grande casos de corrupción del verano tienen nombres propios: Felix Millet y Jordi Pujol.

Tormenta de verano

Este julio ha sido especialmente prolífico. Habido una tormenta que ha caído sobre varios ayuntamientos investigados por corrupción.

La policía ha detenido a los exalcaldes de l'Ametlla de Mar y de Anglès, los dos de CDC, en la operación que mandó simultáneamente a ocho Ayuntamientos de diferentes puntos del Estado español, entre los cuales hay Tortosa, Ascó, Vandellòs y l'Ametlla de Mar. Se trata de una pieza de la investigación sobre el 3% que hace dos años está haciendo el juez del Vendrell a raíz de una denuncia de una exconcejala de ERC.

Dos días más tarde, el 7 de julio, la policía irrumpía en el Ayuntamiento de Montgat, en el Maresme. El juez de instrucción número 2 de Badalona investiga una presunta red de adjudicaciones supuestamente irregulares que implican el Ayuntamiento, agentes de la policía local y dos empresas.

Y al cabo de una semana en Lloret de Mar caía la operación Trueno, la segunda parte del caso Clotilde que acabó condenando el ex alcalde Xavier Crespo.

En medio de las investigaciones por corrupción, mafias. Mafias rusas, armenias, chinas... todo tipo de operaciones por blanqueo de capitales que tienen uno de sus máximos exponentes en el dispositivo en el restaurante de lujo japonés, Yubari.

Millet i Montull, el gran golpe

Pero el principal caso de corrupción en Catalunya, es el caso del espolio del Palau de la Música saltó un mes de julio. el 23 de julio del 2009. Cuando muchos ya pensaban en marcharse de vacaciones y el país estaba pendiente del gran incendio de Horta de Sant Joan, los Mossos irrumpían en el edificio modernista de Ciutat Vella. Un anónimo alertaba de posibles irregularidades y desvío de dinero, no sólo con el visto bueno de su presidente Fèlix Millet y su mano derecha, Jordi Montull, sino que lo que se acabó destapando fue una trama de comisiones y adjudicaciones de obra pública que acabó salpicando CIU. El juez embargó la sede de CDC, de hecho, y lo implicaba directamente con el caso del espolio durante los años en que Jordi Pujol era presidente.

Millet salía del Palau de la Música escondido con un paraguas azul marino, para evitar los flashes de las cámaras y, simbólicamente también, para parar la lluvia de críticas, insultos y chistes que empezaron a caer sobre lo que hasta entonces había sido una persona respetable e influyente de la burguesía barcelonesa.

El caso del Palau fue el caso del verano. Durante todo el mes de agosto se fueron conociendo detalles del sumario, los más graves pero también los más inverosímiles, como Millet estafó a su consuegro haciéndole pagar de más el gasto de la boda de la hija y embolsándose también dinero. O la campaña para rehacer el órgano, con el apadrinamiento de los tubos a cambio de donativos que acabaron en el bolsillo del dúo del verano: Fèlix Millet y Jordi Montull.

El 16 de septiembre Fèlix Millet y Jordi Montull confesaban el fraude con una carta publicada a La Vanguardia. Admiten la apropiación de 3,3 millones para viajes familiares a destinaciones lejanas o para remodelar las viviendas particulares, como una torre que Millet tiene en l'Ametlla del Vallès. Montull amplía la confesión más tarde. Pero el juez no les llamó a declarar hasta el 10 de octubre. Las críticas no sólo cayeron sobre Millet y Montull. El juez que arranca el caso, Júli Solaz, acaba siendo diana de mofas y escarnios por|para la lentitud con la que lleva|trae la investigación. Tarda en llamarles a declarar, para no ordenar cacheos en sus casas y propiedades, para no ordenar ninguna medida cautelar y la instrucción queda parada durante meses a pesar de la confesión de los dos máximos responsables del Palau y también del fraude. Cinco días después de los cacheos de los Mossos, Jordi Montull, ordena a un trabajador del Palau que saque de su despacho diversa documentación y todo queda grabado por las cámaras de seguridad.

A pesar de estar imputados y con las propiedades bloqueadas, Millet y Montull vendieron fincas con el permiso del juez. Fue durante la primera parte de la instrucción con el juez Juli Solaz. Millet y Montull confesaron un fraude de 3 millones de euros y el juez les hizo devolver una parte del dinero. Sin efectivo, para poder pagar decidieron vender algunas fincas y para hacerlo pidieron la autorización y firma del mismo juez.

Todo provoca una rueda de prensa inédita: La Fiscalía en pleno comparece para exigir al juez celeridad. Es el Ministerio Público que recibe el anónimo y quien empieza la investigación, y la Fiscal jefe de Catalunya de este momento, Teresa Compte se muestra implacable con Millet, Montull y Juli Solaz, ya entonces nombrado, juez caracol.

Desde aquel momento los veranos nunca fueron lo mismo para Felix Millet... Ni por Catalunya... El caso Palau no se puede entender sin entender la personalidad de su presidente, Fèlix Millet. Altivo, despreocupado y cogido al poder, ha hecho enfadar más de uno al verlo impasible ante todo el escándalo y el fraude que se ha ido destapando a lo largo de los últimos siete años.

Un año después...

... que se destapara el gran golpe en el Palau de la Música la dirección de la entidad cifra el fraude: Más de 35 millones de euros. Es diez veces más de lo que habían confesado Millet y Montull.

Con la policía en casa

No sería hasta tres años más tarde, el 9 de julio del 2012, que el juez se decide a registrar las propiedades de Fèlix Millet y Jordi Montull y se presenta con la policía para requisar documentos y pruebas. Nuevamente las críticas se caen sobre el juez que ha esperado tanto a ordenar los cacheos que la misma fiscalía duda de que no se haya hecho desaparecer todo.

Después de todo un día en la casa que Millet tiene en l'Ametlla del Vallès y donde vive actualmente, la policía se lleva entre 25 y 30 cuadras y numerosas esculturas, grabados y litografías de la mansión, donde hay una reproducción a escala del Palau de la Música, y 43.000 euros. El ex presidente del Palau tenía billetes de 500 euros en casa y estuvo todo el día con la comisión judicial y la fiscalía viendo como le removían todo. El mismo Fèlix Millet lo explica a los periodistas cuando acaba el cacheo a través del portero automático cuando los reporteros pican el timbre. Y no escatima detalles: Tuvo una conversación cordial con el juez y la policía y lo acompañaron durante su mujer, Marta Vallès, y sus nietos que habían ido a pasar el día.

CDC entra en juego

El 17 de julio del 2013, cuatro años después de destaparse el escándalo del Palau, el nuevo juez Josep Mª Pijoan, cierra la instrucción y mantiene la imputación contra CDC y mantiene la sede embargada como aval de la fianza de 3'2 millones de euros. Hace responsable el partido de tener un "pacto criminal" con Millet y de quedarse más de seis millones y medio para favorecer en la empresa Ferrovial adjudicaciones de obra pública. El caso se cierra sin saber donde fue todo el dinero estafado y el juez sólo es capaz de situar el fraude en 18 millones de euros. El magistrado mujer el golpe de carpeta cargando contra los bancos que no han colaborado con la justicia para poder hacer el seguimiento del camino que siguió el dinero robado.

 

La prisión y la tele

El verano del año 2010, a punto de hacer el año del cacheo del Palau de la Música otra jueza empieza a investigar la construcción de lo que tenía que ser el hotel del Palau. A diferencia de los instructor de la pieza principal, la jueza Míriam de Rosa Palacio va como un rayo y envía a Millet i Montull a la prisión. Los dos ex responsables del Palau están en|a casa Brians quince días, hasta el 30 junio. Pero su salida, lo que pasa dentro de la prisión y todo lo que rodea a los personajes vuelve a llenar los medios de comunicación del culebrón del verano.

Millet habló por primera vez en público al salir de la prisión. No dijo mucha cosa. Básicamente que los habían tratado muy bien. I Jordi Montull, que hacía de portavoz, se desahogó un poco más, pero no salió del guion marcado por Jordi Pina, el abogado que hace 7 años que lleva el caso.

Fèlix Millet se llevó la tele de la prisión era de 16" y le costó 200 €. La compró a Can Brians porque por seguridad no pueden entrar aparatos. Es demasiado complicado registrarlos. Fèlix Millet llegaba al vestíbulo de la prisión con un saco transparente con toda la ropa (se veía todo, todo), en una mano, y la tele bajo el otro brazo. Si Fèlix Millet hubiera salido así por la puerta de la prisión y ante la prensa hubiera sido un descalabro para sus abogados (que aunque ya las han visto de todos colores, el caso del fraude del Palau los ha sobrepasado en algunos momentos). Fue un asesor de prensa quien decidió evitar la imagen y que la tele y el saco se quedaran en Can Brians. Millet salió tanto panxo sin nada en las manos. Se quedó todo en el vestíbulo y más de una hora después, cuando ya no quedaba ningún periodista, uno de los abogados fue a recoger la tele y el saco que guardó durante una semana a su despacho. Fèlix Millet no quiso regalar la tele a ningún preso (que es lo que se acostumbra a hacer y lo que le aconsejaron), se la quería llevarse en casa aunque tuviera 3 o 4 más.

El caso del hotel ha acabado sin castic. Después de recurrir la sentencia el Supremo ha acabado absolviendo Millet y Montull que todavía esperan la fecha del juicio de la pieza principal.

Jordi Pujol, la sacudida

 

El 25 de julio del 2014, Jordi Pujol y Soley envía un comunicado a todos los medios donde admite tener dinero en el extranjero. Durante más de 30 años escondió la deja que su padre había dejado a su mujer Marta Ferrusola y sus hijos y exponía que hacía unos días que lo había regularizado. A partir de aquí sin embargo, se abre una caja de los truenos y se empiezan a relacionar todos los negocios de todos sus hijos con adjudicaciones y dinero escondido en paraísos fiscales y cierne la duda sobre si el crecimiento desmesurado de la fortuna no viene, en parte, de las comisiones del 3% de la época de Pujol presidente.

El 28 de julio el sindicato Manos Límpias denunció a Jordi Pujol i Soley y su mujer por los delitos de soborno, tráfico de influencias, delito fiscal, blanqueo de capitales, prevaricación, malversación y falsedad. La denuncia recayó en el juzgado 31 de Barcelona, donde la jueza titular acordó abrir diligencias y notificar su decisión a la Fiscalía.

El 29 de julio, el presidente Artur Mas, después de una reunión con Pujol i Soley, anunció que este renunciaba al sueldo ia la oficina que tenía asignados como expresidente, así como al título honorífico de presidente fundador de CDC y de CiU. Eso incluye renunciar al trato honorífico de Muy Honorable Señor y a la medalla de oro de la Generalitat.

En octubre se hacen los cacheos en las casas y propiedades de los Pujol y hasta diciembre no imputan Jordi Pujol y Marta Ferrusola. Los acusan de delito fiscal, soborno, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, prevaricación, falsificación de documentos y malversación de fondos públicos.

El caso está en manos del Audiencia Nacional, porque el juez que investigaba al hijo mayor, Jose de la Mata, cree que todo está relacionado. Pujol ha mantenido siempre la misma versión: Que la fortuna viene de la deja del abuelo Florènci y que no sabe nada de los negocios de su hijo.

De hecho toda la familia está imputada. Los siete hijos. Unos por la herencia familiar y los otros por sus negocios. El más pequeño de todos, incluso, sale a los Papeles de Panamá.

En el Serviol de Premià

Jordi Pujol habló en julio del 2014 y calló para siempre. Sólo se le ha oído|sentido la voz en los juzgados, y cuando se ha filtrado su declaración en los juzgados, y a la comisión del Parlamento donde fue toda la familia a dar explicaciones. Pujol se recluyó en Queralbs el verano del 2014 cuando estalló el escándalo por su caso. Pero el otro pueblo donde siempre ha veraneado es Premià de Dalt. Allí está el Serviol, un sendero de montaña que ha acabado dando nombre en su espacio a Internet.

Este julio, dos años después de confesar que tenía una fortuna oculta y sin declarar, Pujol ha irrumpido en la red, ha roto su silencio y ha arrancado un blog desde lo que explica su estado de ánimo.