Incluidos en el listado de servicios esenciales decretado por el Gobierno, el 85% de los quioscos de Catalunya mantienen su actividad, si bien con horario reducido, según la Asociación Profesional de Vendedores de Prensa de Barcelona y Provincia. Las ventas, sin embargo, han bajado un 50%, una caída que llega al 70% en zonas turísticas. A quien decide cerrar lo hace para evitar contagios o por la afectación de algún familiar, y los quiosqueros que optan por levantar la persiana alegan dos motivos: responsabilidad con el derecho a la información y la supervivencia del negocio. "Si cierras, ya no te recuperas, difícilmente lo que cierre volverá a abrir", dice a la ACN el presidente de la Asociación Provincial de Vendedores de Prensa de Tarragona, Julio Dueñas.

Mientras nos permitan abrir, continuaremos abiertos. Está la responsabilidad que tienes que seguir sirviendo a estos clientes, hacer barrio, y también está la razón económica", explica Isidre Martínez, propietario de un quiosco delante de la Monumental de Barcelona. Los cuatro quioscos próximos han decidido encerrar, con lo cual han compensado la falta de clientes habituales, confinados en casa, con nueva gente del barrio que busca diarios y entretenimiento.

En cifras globales, el gremio de vendedores de prensa a nivel de Barcelona asegura que las ventas se han reducido un 50%. "La gran mayoría de la gente se queda en casa y cuando van a coger el pan aprovechan para pasar por aquí", explica Máximo Frutos, quiosquero del Poblenou y vicepresidente de la Asociación Profesional de Vendedores de Prensa de Barcelona y Provincia. No es lo mismo el Poblenou que barrios más turísticos, donde la bajada de ingresos se ha notado "una barbaridad".

En Barcelona y en el área metropolitana, un 20% de los quioscos o papelerías que venden prensa han cerrado.
La decisión de abrir o cerrar el establecimiento es "muy personal". "Hemos decidido cerrar en previsión de evitar contagios", dice un cartel en un quiosco de la calle Diputación. "Es muy difícil decirle a uno que cierre o que no lo haga. Yo he decidido tener abierto porque se tiene que seguir pagando y porque la gente sigue viniendo a comprar", dice Frutos, que defiende el servicio público que hacen. El vicepresidente del gremio barcelonés considera que hay gente que "le hace más caso a la prensa escrita que a las noticias que lee por internet o que ve en la televisión".

Supervivencia del negocio

El sector quiosquero acarrea una crisis en los últimos diez años que ha hecho desaparecer en torno al 50% de los establecimientos. El declive del papel y la falta de ayudas, denuncian, hacen que con el actual descalabro por el coronavirus si cierran el quiosco, "difícilmente lo puedas volver a abrir". Así lo cree el presidente de la Asociación Provincial de Vendedores de Prensa de Tarragona, Julio Dueñas, que alerta de la dificultad para hacer sobrevivir el negocio en estas condiciones.

En la demarcación de Tarragona han cerrado 37 de los 311 puntos de venta de prensa (incluidos quioscos, papelerías, gasolineras, supermercados o estancos) y las ventas han bajado un 70%. "Los costes de mantenerlos abiertos siguen siendo los mismos. No hay ninguna ayuda por parte de los distribuidores, que siguen cobrando como cuando se vendía el 100%", dice Dueñas, que regenta un quiosco en la Rambla Nueva de Tarragona. La mayoría de quioscos abren con horario reducido hasta las dos del mediodía, "porque hay momentos en que no pasa absolutamente nadie".

Isidre Martínez, del quiosco de la Monumental de Barcelona, confiesa que el hecho de abrir tiene el inconveniente de estar al aire libre y en contacto con mucha gente, con el riesgo que supone, con lo cual entiende que compañeros de gremio hayan tenido que cerrar. "No tiene que ser fácil para nadie cerrar. Todo el mundo lo necesitamos económicamente, y más este negocio que es de día a día", explica mientras atiende a los clientes.

Italia ha lanzado un plan de ayudas a los quiosqueros, que podrán desgravar hasta 4.000 euros en gastos como el alquiler, la luz, el teléfono o internet. "No confío nada en las ayudas de la administración, no podemos esperar nada bueno", señala Martínez sobre posibles ayudas.

"No tienes reservas para aguantar cerrado. Vives al día y tienes unos pagos que se generan directamente y no tienes más remedio que abrir. Si no nos dan facilidades será un desastre", asegura el presidente del gremio tarraconense, Julio Dueñas.

Revistas, exclusivamente en quioscos

El confinamiento ha provocado un aumento muy pronunciado de revistas para niños, del corazón, cromos o juguetes. "Es alucinante todos los pasatiempos que se están vendiendo este días", asegura Frutos. Los editores de revistas en catalán dependen ahora exclusivamente de las ventas que se hacen en los quioscos, ya que el 85% de su difusión es a través de suscripciones, y Correus ha decidido no repartir revistas a domicilio. Ahora mismo, por lo tanto, unas noventa de membretes en catalán dependen de sus ventas a los quioscos, que representan sólo un 15% de la difusión total.

"Si tuviéramos quioscos abiertos como hace cinco o diez años, se notaría un crecimiento de ventas seguro. La gente está en casa y tiene tiempo, la prensa de toda la vida podría jugar un papel mucho más fuerte de lo que está jugando ahora", dice a la ACN el presidente de la Asociación de Publicaciones Periódicas en Catalán (APPEC), Germà Capdevila. A su parecer, si los pocos quioscos que quedan ven obstáculos en su trabajo de distribución eso representa "un golpe mortal". "El derecho a la información se tendría que cuidar ahora más que nunca," defensa.

Ante la denuncia de que Amazon pueda repartir productos cosméticos, por ejemplo, y los editores no puedan hacer llegar contenidos periodísticos y culturales, el APPEC ha buscado una alternativa ofreciendo un mes gratis para acceder a todas las revistas en catalán de su plataforma virtual iQuiosc. Los accesos se han triplicado las dos últimas semanas y esperan que sea una campaña de promoción para un servicio que enganche a muchos lectores ávidos de información y cultura.