El turismo internacional se enfrenta a su peor crisis desde que empezaron a registrarse datos. Se calcula que en total viajarán hasta 1.100 millones de personas menos a nivel mundial este 2020. La magnitud del impacto de la pandemia del coronavirus se describe en un informe de la Organización Mundial del Turismo (UNWTO), que calcula un descenso de las llegadas entre el 58% y el 80% este año, por las restricciones de viaje generalizadas y cierre de aeropuertos.
Ahora bien, saber qué pasará este verano y el resto del año sigue siendo una incógnita. El Gobierno todavía estudia algunas medidas como, por ejemplo, ir a la playa por turnos, desplazarse en medios de transporte al 30% de su capacidad o cerrar fronteras tanto de entrada como de salida o abrirlas, pero a medio gas. Lo que se pueda hacer dependerá, sin embargo, de la evolución de la pandemia y de lo que hagan también el resto de países europeos.
Una yurta en Mongolia / Unsplash
"La situación es muy dramática, sin ser pesimistas", explica el presidente de la Asociación Empresarial de Agencias de Viajes (ACAVe), Martí Sarrate. "Las agencias de viajes no abrirán en la fase 1 porque no hay producto y los protocolos son ambiguos". Así, detalla que hay muchas agencias que ya están trabajando con el programa del 2021 y pone énfasis en el hecho que "hasta que no haya vacuna la cosa está complicada".
"La incertidumbre sobre lo que pasará en verano todavía se mantiene", subraya al profesor de Estudios de Economía y Empresa de la UOC Pablo Díaz, que cree que la mayoría del turismo que llegue será nacional. "El turismo nacional tendrá dificultades por la incertidumbre económica y difícilmente se podrá recuperar el turismo internacional".
La Fortuna, Costa Rica / Unsplash
A pesar de todo, destaca que las promociones a los destinos turísticos se seguirán produciendo pero no a través de las compañías aéreas low cost que asegura que "tardará mucho en volver a la situación que tenían antes del coronavirus". El experto expone que mientras haya limitación y capacidad de carga "será imposible volver a aquellos precios".
Como hecho positivo, Díaz destaca que esta será una ocasión única para que "los turistas nacionales puedan disfrutar al máximo del país. Será una ocasión increíble para disfrutar de entornos sin multitudes turísticas. El turismo nacional podrá disfrutar como nunca de los recursos y podría ser el rescatador del sector".
De hecho, se espera que las familias se desplacen en sus propios coches y sobre todo, hacia apartamentos.
Port de la Selva / Unsplash
Sin embargo, destaca que es complicado que salgan las cuentas. "Con un poco de turismo nacional y ayudas del estado para contratar al personal, esperamos salvar la temporada, en el sentido de sobrevivir".
El problema añadido de las agencias de viajes
Por otra parte, además de la problemática del sector, Sarrate destaca otro problema que sufren las agencias de viajes. Tal como detalla, un 100% de las reservas hechas para Semana Santa se cancelaron. "Cuando es una anulación por causa mayor, se nos obliga a devolver todo el importe", hecho que entra en contradicción con lo que hacen las compañías aéreas.
Las puertas de Minsk, Bielorrusia / Unsplash
La problemática se encuentra, insiste, en el hecho de que ellas hacen cupones para no tener que devolver el importe de los vuelos mientras que las agencias tienen que devolver el importe total del pack de viaje. "Eso agrava la crisis para muchos y aumenta la deuda", concluye.
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