El Mediterráneo, Japón y el África. Este son las tres regiones del mundo que su biodiversidad se podría ver modificada el año 2100, según un estudio en la revista científica Science Advances. Esta transformación se produciría por la concentración de ozono en la atmósfera, un gas que comporta que se disminuya el valor nutricional de las hojas y la alteración de los mensajes químicos de los seres vivos. Por eso, su aumento provoca un efecto en cascada que acaba modificando las poblaciones de insectos y microorganismos de bajo tierra.

Hay que destacar que este estudio se centro en el ozono troposférico, que se sitúa a la baja atmósfera y que es considerado un contaminante secundario, ya que se produce a partir de gases precursores como los óxidos de nitrógeno. Este surge a raíz de la crema de combustible, entre otros. En cambio, lo que forma la capa de ozono a la estratosfera se genera de forma natural y es beneficioso porque absorbe la radiación ultravioleta y actúa como un filtro.

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El tubo de escape de un vehículo / ACN

Los ecosistemas más perjudicados

En este estudio han participado 20 investigadores de todo el mundo, entre los cuales se encuentra Josep Peñuelas, profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Csic) al Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf) de la UAB. Desde su punto de vista es primordial comprender que los efectos del ozono troposférico compuerta nuevos retos para las políticas y estrategias mundiales de preservación de la biodiversidad.

Según revela el estudio, los ecosistemas con más endemismos como la cuenca mediterránea, las islas del Atlántico del hemisferio norte, Etiopía, el África ecuatorial, la costa de la India, el Himalaya, el sur de Asia y Japón, serán las zonas donde su biodiversidad estará más perjudicada por los efectos de este contaminante oxidante. En este sentido, Peñuelas apunta que el gas altera la química de las hojas a la vez que modifica los compuestos químicos o fragancias que segregan los seres vivos para comunicarse, según recopilación la ACN. Eso, ha indicado, hace disminuir la producción de hojas y su calidad o tamaño.

Por otra parte, el ozono también provoca confusión entre los insectos que buscan plantas polinizadoras para alimentarse u hojas donde poner los huevos. Eso contribuye a que su éxito reproductivo sea menor, así como su masa corporal. Asimismo, modifica las relaciones entre las plantas y los herbívoros. Otro de los efectos negativos es que destruye los avisos que emiten las plantas para comunicarse entre ellas delante de un patógeno, dejándolas más expuestas ante su ataque.

Además, el estudio demuestra que una elevada concentración de ozono implica que se empobrezcan las comunidades de microorganismos que viven bajo tierra, cosa que perjudica el reciclaje de nutrientes, la retroalimentación entre el suelo y las plantas y los ciclos globales del carbono o del nitrógeno.