Desde este martes hay dos especies más de animales en situación crítica en el Estado español, según la orden del Ministerio para la Transición Ecológica publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del 12 de mayo. Se trata del desmán ibérico, un mamífero semiacuático perteneciente a la familia de los topos, y la focha moruna, un ave gruiforme (emparentada con las grullas) de la familia Rallidae, que atraviesan una alarmante situación y cumplen criterios de riesgo inminente de desaparición después de la evaluación de expertos y los análisis técnicos más recientes. Esta consideración de especies en situación crítica implica que recibirán la máxima protección legal y todas las obras y proyectos destinados a la recuperación de poblaciones y disminución del riesgo de extinción de estas especies serán de interés general y se tramitarán con urgencia. Así, con la adquisición del estatus de en peligro crítico, la especie pasa a ser considerada prioritaria a la hora de asignar recursos a su recuperación.
El Ministerio coordinará, al lado de las comunidades autónomas, las medidas de actuación para frenar el declive del desmán ibérico y la focha moruna y se crearán grupos de trabajo específicos para el seguimiento y recuperación de las dos especies, adscritos a la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad y al Comité de Flora y Fauna Silvestres. Desde 2018, otras seis especies de fauna (como el visón europeo, la cerceta pardilla, el alcaudón chico, la nacra, la margaritona y el urogallo salvaje cantábrico) y una de flora (jara de Cartagena) ya figuraban en esta lista, a la cual ahora se suman el desmán ibérico y la focha moruna. Ramón Pérez de Ayala, responsable del programa especies World Wildlife Fund (WWF), la mayor organización internacional independiente dedicada a la conservación de la naturaleza y el medio ambiente, explica lo que ha sucedido con este animal en las últimas tres décadas: "En 30 años hemos perdido un 70% de las poblaciones y si continuamos así en 15 años podría haber desaparecido la especie". ¿Pero como son estas dos especies que se encuentran en situación crítica a España?
Un mamífero que vive en aguas limpias|netas
El desmán ibérico (Galemys pyrenaicus) es un mamífero de costumbres semiacuáticas endémico de la península Ibérica, que se restringe a su mitad septentrional, desde el Norte de Portugal y Sistema Central hasta los Pirineos (en sus dos vertientes), encontrándose actualmente en siete áreas relictas aisladas. Por tratarse de un animal que se encuentra en bajas densidades, que depende de aguas de buena calidad y que presenta peculiares características biológicas, se trata de un mamífero muy vulnerable, que se enfrenta a graves amenazas globales (como el cambio climático) y locales (como la contaminación, el uso inadecuado del agua y las barreras físicas construidas por el hombre). Vive en ríos y arroyos de montaña con aguas limpias, donde se alimenta principalmente de larvas de invertebrados acuáticos sensibles a la contaminación. Es de hábitos nocturnos y muy discreto, lo cual lo hace difícil de observar en la naturaleza. Su presencia es un indicador de la buena calidad del agua en los ecosistemas donde habita.
El desmán ibérico tiene un aspecto muy singular y es fácilmente reconocible. Tiene un cuerpo rechoncho y no muy alargado, con una longitud de entre 11 y 16 cm y una cola de 12 a 16 cm; su peso oscila entre 35 y 80 gramos. Su hocico es cónico y muy desarrollado, en forma de trompeta, desnudo y móvil, que utiliza para buscar alimento bajo las piedras en los ríos. Los ojos son diminutos y las orejas poco visibles, adaptados a su vida subterránea y acuática. Tiene unas patas posteriores robustas, con membranas interdigitales que facilitan la natación; las delanteras están adaptadas para excavar guaridas. Su pelaje es denso y brillante, de color castaño oscuro a gris en el dorso y más claro en el vientre. Dispone de una dentadura con 44 dientes, adaptada a su dieta insectívora y también tiene una glándula en la base de la cola, que segrega una sustancia de olor fuerte, grasiento y untuosa característica denominada almizcle.
Un ave que anida en el delta del Ebro
La focha moruna (Fulica cristata), también conocida como gallareta cornuda, es una especie de ave acuática de tamaño medio, muy similar a la focha común, pero con características distintivas. Es un ave acuática negra, reconocible por las protuberancias rojas sobre el escudete frontal de color blanco, muy territorial, y actualmente una de las aves más amenazadas de los pantanales ibéricos. Es un pájaro territorial y agresivo en época de cría, llegando a desafiar y atacar a otras aves, incluso de mayor tamaño. Su alimentación es omnívora, aunque se basa principalmente en plantas acuáticas, complementada con pequeños animales, huevos y polluelos de otras aves acuáticas. Construye el nido con cañas y ramas cerca o sobre el agua, y pone alrededor de ocho huevos en abril, que incuba durante unos 25 días. Habita en lagunas, estanques y pantanales con vegetación abundante, tanto de agua dulce como salobre, y en España su población se concentra principalmente en Andalucía (Doñana y lagunas de Cádiz y Sevilla), con pequeños núcleos en el País Valencià, Baleares y Catalunya, donde anida en los arrozales del delta del Ebro.
La focha moruna o cornuda mide entre 38 y 45 cm de largo, con una envergadura alar de 75 a 85 cm y un peso de 585 a 1.085 gramos. Su plumaje es completamente negro, con un pico blanco de tono azulado y un escudete frontal blanco que presenta un par de protuberancias rojas muy visibles, a no ser que la diferencia de la focha común y le da el nombre de "cornuda". Sus patas son grisáceas con dedos lobulados largos, adaptados para nadar. Los ejemplares más jóvenes son marrones grisáceos y carecen del escudete frontal y de las protuberancias rojas, que aparecen al conseguir la madurez. La focha cmoruna o cornuda está en situación crítica por varios motivos. La transformación de pantanales, la desecación de lagunas y la alteración de los ecosistemas acuáticos han reducido drásticamente las áreas donde puede vivir. También es muy vulnerable a la caza porque se confunde fácilmente con la focha común, una especie cinegética. Esta confusión provoca una mortalidad significativa, especialmente en zonas donde las dos especies se agrupan en invierno. La disponibilidad de agua y la calidad de los pantanales varían mucho de un año a otro. En años de sequía, la población puede reducirse drásticamente, mientras que en años lluviosos puede recuperarse parcialmente. Otras amenazas incluyen la pesca con redes, acoso humano durante la reproducción, depredación por parte de mamíferos (jabalíes, zorros, gatos, perros, ratas) y el envenenamiento por ingestión de perdigones de plomo.