El año 2008 en Catalunya había 820 explotaciones ganaderas de vacas de leche. Este año, el censo ha caído hasta las 506, según ha destacado la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja). Con todo, desde el sindicato recortan todavía más esta cifra y la sitúan en torno a las 400 o las 450 explotaciones. El responsable de la sectorial de la leche del sindicato, Josep Ribas, ha explicado que rebajan los datos oficiales del Departamento porque tienen constancia que muchas de estas explotaciones se encuentran inactivas. Las causas que afectan al sector son diversas, pero el bajo precio por el litro de leche, la pérdida de las cuotas lecheras, un etiquetado ambiguo, la falta de relieve generacional y la caída generalizada del consumo son las principales. Ribas lamenta que muchos productores se ven obligados a vender por debajo del precio del mercado, cosa que lleva a una situación insostenible. De los 36 céntimos de euro que cuesta producir un litro de leche, las grandes centrales lecheras se la pagan entre 28 y 31 céntimos.

"Los precios están hundidos y nos están pagando el litro de leche como hace 30 años", ha lamentado el responsable de la sectorial de la leche de Asaja, Josep Ribas. Con unos costes de producción elevados, es "imposible" para los productores más modestos aceptar de una manera sostenida el pago de la leche por debajo del precio de coste, ha añadido Ribas. "El problema es que quien puede salir adelante de esta situación es quien tiene un capital importante", ha señalado al ganadero. La apuesta de la gran industria lechera por las macrogranjas de 3.000, 6.000 o 20.000 vacas es "incompatible" con las explotaciones familiares agrarias que hay en Catalunya. "Poco a poco, se va echando las pequeñas explotaciones y, o se para y se toman medidas, o desaparecerá todo el sector", ha añadido.

"Muchos ya han ido desistiendo". Josep Ribas ha explicado que la "presión" que ejerció la industria en el 2015 cuando se suspendieron las cuotas lecheras y los ganaderos perdieron los derechos de producción "fue una ruina por el sector". "El pequeño agricultor no tiene tiempo ni horas para ir a presionar a quien sea, mientras que los grandes grupos, que controlan las macrogranjas sí que tienen maneras de presionar la administración para que los dejen hacer," ha criticado. "Pedimos a la administración que abra los ojos y pare un poco los pies en estos grandes grupos inversores", ha reclamado.

Con todo, Josep Ribas ha señalado que a las grandes centrales lecheras de la industria ya les interesa este tipo de macrogranjas. Porque van con un camión grande, cargan la leche, y se van a descargar; y no tienen que recorrer todo el día con un camión". "Por sus costes, les va de narices", ha criticado.

Etiquetado como prioridad para proteger las buenas prácticas del sector lechero

Una normativa de la Unión Europea obliga a las industrias lácticas a etiquetar la leche. Josep Ribas, sin embargo, ha explicado que eso no se está cumpliendo y actualmente el consumidor no sabe de dónde proviene la leche que bebe. Además, una parte de la leche que se consume en Catalunya viene de fuera el Estado e, incluso, de fuera de Europa.

Por otra parte, cada vez más el consumidor quiere saber de dónde proviene el alimento que está ingiriendo. Ribas apuesta porque que la directiva que hay con los huevos, también se traslade a la leche. Que el etiquetado recoja de donde proviene la leche y de qué tipo de granja "será el futuro del campesinado", ha señalado. "De dónde proviene, qué tipo de granja es, qué elaboración se hace, que se tenga en cuenta el manejo de las vacas, si salen a pacer o, no" por ejemplo. Si no se hace así, "en Catalunya irán desapareciendo las granjas del paisaje, sólo habrá polígonos de vacas y nos cargaremos la estructura agrícola que tenemos", ha lamentado.

La lucha por la supervivencia

Joan Gel es un ganadero de Canyamars con una explotación de un centenar de vacas. Él tiene claro que una explotación pequeña no puede competir con una de mayor. Es como si una tienda de muebles pequeña quisiera competir con Ikea, no pudría. Pero, en cambio, puede especializarse al hacer un producto de calidad o en un tipo concreto de mueble", ha explicado.

Por eso hace falta que las explotaciones pequeñas del país tiendan a la diferenciación, la especialización y la diversificación: "cualquiera de las tres o las tres", ha apuntado. "Nos tenemos que estrujar la cabeza y buscar maneras de diferenciarnos", ha añadido. Una manera podría ser la producción ecológica, pero también tener en cuenta la diversificación con trabajos en el campo o visitas guiadas en la granja, por ejemplo. "Se trata de hacer ir la imaginación y no encerrarse en nada, y sobre todo dejar de tener la comodidad que habíamos tenido hasta ahora de saber que nuestro producto estaba vendido". "Ahora no lo tenemos vendido y nos tenemos que buscar la vida para venderlo", ha señalado.

La responsabilidad del consumidor

En todo este contexto, el consumidor también tiene un papel relevante para decidir qué acción de compra hace. "Pero si no enseñamos la diferencia a que hay entre el alimento de un productor pequeño que hace ecológico y otro que lo hace a gran escala y más industrial, pues el consumidor tampoco tiene porque saberlo y tener que ir a buscar la información en los lugares", ha explicado.

Destinar la multa a las industrias lecheras para los productores afectados

En marzo del 2015 la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia multó con 88,2 MEUR nueve empresas y dos asociaciones lácticas españolas, entre las cuales había LActalis, Puleva, Central Lechera Asturiana o Danone, Pascual y Nestlé. La Comisión los acusaba de haberse repartido el mercado de leche cruda y pactar precios entre el 2000 y el 2013. Desde de Asaja se pide que la recaudación de la multa que tiene que hacer a Hacienda se traslade al Ministerio de Agricultura española y este, en última instancia, pueda devolver el dinero de la sanción a los ganaderos perjudicados durante todos estos años. Para tratar la cuestión, desde Asaja ya se ha pactado una reunión para el próximo 5 de junio en Madrid con los responsables del Ministerio.