El Departament de Educació ha anunciado esta mañana que el próximo curso escolar (2022-2023) empezará el 5 de septiembre por lo que hace a la educación infantil y primaria y el 7 de septiembre por lo que hace a la ESO, el Bachillerato y la Formación Profesional. Unos minutos antes que el president de la Generalitat, Pere Aragonès, y el conseller de Educació, Josep Gonzàlez-Cambray, anunciaran estos cambios, la conselleria ha enviado una carta a las direcciones de los centros. En este texto, al que ha tenido acceso ElNacional.cat, Cambray asegura que la medida "tendrá un impacto en el conjunto del país", y destaca el hecho de que las clases dejan de empezar justo después de la Diada nacional de Catalunya. "Acortaremos las vacaciones de verano de nuestro alumnado, una medida que tendrá efectos muy positivos en los niños y jóvenes y, sobre todo, en aquellos que se encuentran en una situación de más vulnerabilidad, dice la carta.

En este texto, el Departament asegura que este cambio en el calendario del curso escolar "no comportará un incremento de horas lectivas". Especifica que durante el mes de septiembre habrá jornada reducida entre las nueve de la mañana y la una del mediodía; y que habrá un día más de vacaciones de Navidad y un día más de libre elección para cada centro. El texto también asegura que "el Departament de Educació adelantará un mes los nombramientos de la plantilla estructural, en el mes de junio, a fin de que en julio ya estén nombrados los equipos profesionales del curso siguiente". "Esta medida", apunta al conseller, "os facilitará mucho la organización del próximo curso", e insiste en que se trata de un cambio en el calendario que "tiene un impacto al conjunto de la sociedad y que tiene muchos beneficios".

En primer lugar, Cambray señala en este texto que acortar "un periodo muy largo de paro" beneficia "al alumnado en situación de vulnerabilidad, que no tiene los mismos recursos para hacer actividades culturales y de educación en el ocio durante el verano." Además, añade que "el adelanto del calendario escolar beneficia al colectivo de madres y padres, porque afecta directamente a la conciliación de la vida laboral y familiar"; y también a los "profesionales de la educación, porque "al darse una jornada compactada por la mañana durante el mes de septiembre, un mes todavía muy caluroso, las clases se harán en un horario con mejor confort térmico".

Ahora bien, estos razonamientos no han convencido nada al sindicato USTEC, el mayoritario entre la comunidad educativa, ya que han asegurado en declaraciones en ElNacional.cat que pedirán la dimisión del conseller Cambray. Su portavoz, Iolanda Segura, considera que la manera como se ha hecho este anuncio "es impresionante, el colmo y una auténtica responsabilidad". Según ella, el Departamento de Educación ha lanzado "una bomba de humo" con el anuncio de este cambio. Y opina que se ha hecho para "tapar todo lo que tiene relación con el borrador del nuevo currículum y el 25% de castellano en las aulas catalanas".