Las seis capitales comarcales del Alt Pirineu y Aran han decidido unir esfuerzos y constituir una red para defender los intereses compartidos del territorio de montaña. El nuevo espacio de cooperación política y estratégica, presentado este jueves en el Pont de Suert, nace con la voluntad de afrontar retos comunes como la falta de vivienda, las dificultades de movilidad o los desequilibrios territoriales que arrastran desde hace años.

La iniciativa parte de los alcaldes y alcaldesas de Tremp, la Seu d'Urgell, Puigcerdà, Vielha e Mijaran, Sort y el Pont de Suert, que han constatado que, más allá de los problemas estructurales que comparten todos los territorios de montaña, las capitales comarcales tienen también unas necesidades específicas derivadas de su papel central en el ámbito económico y de servicios.

Denuncian que siguen sufriendo carencias graves

En conjunto, estas seis poblaciones concentran cerca del 42% de la población del Alt Pirineu y Aran. A pesar de su función de motores territoriales, denuncian que siguen sufriendo carencias graves y que las administraciones superiores no les han prestado la atención necesaria. Por eso han optado por crear un instrumento propio que les permita ganar visibilidad, establecer una agenda común y promover acciones conjuntas de presión e incidencia política.

Alcaldes Pirineo Arán foto ACN
Alcaldes del Alt Pirineu y Arsn foto ACN

La Xarxa de Capitals Comarcals de l’Alt Pirineu i Aran se plantea como interlocutora ante otras instituciones y órganos de gobernanza territorial, y aspira a convertirse en un espacio estable de diálogo y trabajo conjunto entre los representantes municipales.

Entre las primeras líneas de actuación, los promotores quieren impulsar medidas que garanticen el acceso a la vivienda y favorezcan el enraizamiento de la población, reforzar el comercio local y los servicios de proximidad, y reconocer el papel de las capitales como prestadoras de servicios supramunicipales en ámbitos como la cultura, la educación, el deporte o la salud. También se fijan objetivos como mejorar la movilidad urbana e intercomarcal con criterios de sostenibilidad, adaptarse a la crisis climática —con especial atención a la gestión del agua— y avanzar en la digitalización y la administración electrónica.

Aunque el proyecto arranca en el Alt Pirineu y Aran, el modelo se inspira en experiencias similares a escala estatal y europea y se podría convertir en un precedente para otros territorios rurales o de montaña del país. Los ayuntamientos impulsores subrayan que la clave para alcanzar un desarrollo territorial más equilibrado y justo pasa, necesariamente, por la cooperación, el consenso y el trabajo colectivo.