Primer día de duelo en Rusia por el accidente de un avión ruso Tu-154 con 92 personas a bordo que se dirigía a Siria. Se estrelló ayer en las aguas del mar Negro, minutos después de despegar del aeropuerto del Sochi (sur de Rusia). El domingo, horas después de empezar la operación de investigación no se habían encontrado supervivientes. Se han podido recuperar 10 cuerpos y hoy, lunes, la investigación continúa con barcos, helicópteros y submarinistas.

En la aeronave, perteneciente al Ministerio de Defensa ruso, viajaban militares, nueve periodistas y 64 integrantes del coro y conjunto de danza Alexándrov, del ejército ruso, que iban animar la celebración de Año Nuevo en la base aérea siria de Jmeimim, donde Rusia tiene desplegada una agrupación de aviones de guerra. Entre los pasajeros se encontraba también la presidenta de la fundación Ayuda Justa, la doctora Elizaveta Glinka, una conocida filántropa rusa que acompañaba una carga humanitaria destinada a un hospital sirio. "Yo también tenía que haber volado a Siria, pero hace unos días enfermó mi hija y pedí baja médica para atenderla", dijo a la agencia de noticias Interfax Serguéi Jlópnikov, integrante del famoso colectivo artístico militar. Añadió que a bordo del Tu-154 se encontraban seguramente solo miembros del coro y del conjunto de danza, porque la presentación en Siria no contaba con la participación de la orquesta.

El avión, un trirreactor con capacidad para 180 pasajeros, procedía de Moscú y había hecho escala para proveer combustible en el aeropuerto de Sochi, desde donde despegó a las 05.20 hora local (02.20 h GMT). Minutos después, el aparato se precipitó al mar sin que sus tripulantes hubieran dado aviso en la torre de control de alguna emergencia o desperfecto a bordo.

La investigación

Numerosos barcos, helicópteros y drons participan en las tareas de investigación, que se llevan a cabo en un área de 10 kilómetros cuadrados delante de la costa de Sochi. Según Defensa, hacia las 14.00 hora local (11.00 h GMT) habían sido recuperados los cuerpos de diez de los ocupantes del avión.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha decretado para este lunes luto nacional en memoria de las víctimas de la tragedia aérea.

Ayer, sin esperar la entrada en vigor del duelo, las principales cadenas de televisión del país introdujeron modificaciones en su programación, de las cuales retiraron programas humorísticos y de diversión.

Las causas

El jefe del Kremlin encargó a su primer ministro, Dmitri Medvédev, encabezar la comisión estatal que investigará las causas de la catástrofe aérea. De momento, las autoridades no han avanzado versiones sobre las posibles causas del accidente, aunque especialistas se inclinan por la hipótesis que se produjo por un desperfecto técnico.

"Puede haber estado un factor técnico. No creo que haya sido un error humano, porque el avión" estaba "ascendiendo", dijo a la agencia de noticias Interfax Magomed Tolboev, un prestigioso piloto de pruebas ruso. En su opinión, teniendo en cuenta las características del accidente, los ocupantes del avión no tenían ninguna posibilidad de salvarse.

En declaraciones a este mismo medio, una fuente militar anónima ha indicado que la posibilidad de atentado terrorista está prácticamente descartada. Ha contado que el Tu-154 había salido del aeropuerto militar de Chkalovsky en las afueras de Moscú, donde rigen estrictas medidas de seguridad. Lo mismo, añadió, es válido para el aeropuerto de Sochi, que es de uso civil y militar. "La penetración de personas ajenas a estos recintos está descartada, igual que la posibilidad de que un miembro del personal pueda ingresar con objetos no autorizados", ha subrayado.

El diputado Andrei Krasov, vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma (cámara baja), hizo declaraciones en este mismo sentido y ha subrayado que "claramente no se trata de un atentado terrorista".

El aparato siniestrado, con número de matrícula 85.572, fue fabricado en 1983 y hace dos años fue sometido a una reparación general. Desde entonces, según ha informado el consorcio Ruskie Mashiny, el fabricante no había recibido de los propietarios del avión peticiones de mantenimiento técnico ni de reparaciones.