Ya es oficial. La Comisión Europea ha anunciado la comercialización de un nuevo insecto como alimento comestible dentro de la Unión Europea, el tercero de la lista. Antes de este, en 2021 había sido el turno de la langosta migratoria y el gusano de harina. Ahora, también los grillos. Concretamente, hablamos del grillo doméstico (acheta domesticus), que a partir de ahora podrá ser consumido legalmente en seco como un aperitivo (quién quiere cacahuetes o pistachos, teniendo grillos), o en forma de polvo en productos como galletas, pasta o congelados. En su caso, se han seguido las recomendaciones contempladas en las autorizaciones del gusano de harina el pasado mes de julio y el de la langosta en noviembre.

Consumo seguro

Antes de esta validación, el consumo de los grillos había sido aprobado previamente por los expertos de los estados miembros el pasado mes de diciembre. Bruselas había propuesto su autorización después de conocer la valoración de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaría (EFSA), que concluyó que su consumo era "seguro". Ahora, cualquier producto que incluya grillos, tendrá que estar bien etiquetado para señalar cualquier posible reacción alérgica.

Aunque en Europa esta autorización sea sorprendente, la entomofagia (el consumo de insectos) es muy popular en otros lugares del mundo: desde el continente asiático, África, buena parte de América del Sur y Oceanía. El hecho de comer determinados insectos es totalmente normal para ellos y algo habitual en su cultura: por eso, es posible que en algunos países te ofrezcan vino de hormigas, chocolate con grillos (que ya podrá ser una realidad también en Europa), galletas con orugas... También son muy comunes las harinas hechas a partir de polvo de insectos.

Alimentación más sostenible

La autorización de grillos, langostas y gusanos forma parte de la estrategia de la UE 'De la granja a la mesa', con la que se intenta ir hacia un sistema alimentario más sostenible, identificando nuevas fuentes de proteínas alternativas. Por otra parte, el reglamento sobre los nuevos alimentos de la UE entró en vigor en enero de 2018 y desde entonces la EFSA ha recibido muchísimas solicitudes para aprobar nuevos alimentos. Estos han sido bien variados: desde derivados de plantas, algas, frutas no autóctonas e insectos comestibles como ahora los grillos.

"De la granja a la mesa" es una de las iniciativas claves, según la Comisión Europea, del Pacto Verde Europeo. Con el objetivo de conseguir la neutralidad climática de ahora hasta el 2050 (lo que se conoce como Nieto Cero), esta estrategia quiere colaborar en la evolución del sistema alimentario actual hacia un modelo más sostenible, siempre teniendo en cuenta la seguridad alimentaría, donde interviene la EFSA, y la calidad de los alimentos. Sus principales objetivos son garantizar que haya suficientes alimentos y que sean asequibles y nutritivos; reducir a la mitad el uso de plaguicidas y fertilizados; aumentar la calidad de la tierra dedicada a la agricultura, promover un consumo de alimentos y unas dietas saludables más sostenibles; reducir la pérdida y el despilfarro de alimentos; luchar contra el fraude alimentario y mejorar el bienestar de los animales.