La Bisbal d'Empordà ha empezado a repartir garrafas de agua entre los vecinos después de que la del grifo lleve más de una semana contaminada por herbicidas y no se pueda utilizar ni para beber ni para cocinar, pero sí ducharse, lavar los platos o la ropa y regar las plantas.

El reparto prioriza a los colectivos más vulnerables, como las personas mayores que viven sola y los desfavorecidos, a través de Cáritas y la Cruz Roja. Pero todos los vecinos que lo quieran, presentando el DNI, tienen derecho a tres garrafas de agua de 8 litros. Mientras tanto, el Ayuntamiento trabaja para solucionar –ni que sea de manera provisional– la contaminación de la red. Los repartos se hacen el lunes, miércoles y viernes y participan Cáritas, la Cruz Roja y Protección Civil.

El alcalde, Lluís Sais, ha explicado que están a la espera de la llegada de filtros de carbón activo desde Bélgica, que se pondrán en la salida del depósito y que permitirán reducir los herbicidas. Se prevé que tarden unos diez días en llegar. Mientras tanto, los ciudadanos pasan como pueden la situación.

Con todo, Sais afirma que aunque el agua esté contaminada, "no se pone en riesgo la salud". Sí que admite, sin embargo, que los niveles de pesticidas están por encima del nivel que marca la Unión Europea. Ahora bien, se encuentran por debajo de los que determina la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A estas alturas, mediante este sistema, se atienden hacia unos 450 vecinos de la Bisbal. El jefe de Protección Civil, Joan Antoni Ajenjo, explica que cada día que hay reparto el consistorio "proporciona los palés con garrafas de agua" a las entidades.

Los pesticidas, una "contradicción"

Lluís Sais, sin embargo, también critica que se permita la venta de los pesticidas que han contaminado el agua. De hecho, lo considera "una contradicción" por parte de Europa. "Salut deja bien claro que los niveles de herbicidas actuales no ponen en riesgo la salud del ciudadano; otra cosa, es que el agua no sea apta porque los criterios marcados por Europa así lo establecen", concreta.

"¿Ahora bien, si estos criterios se hacen partiendo de la base que estos productos no tienen que estar en el agua, como es que se permite la venta?", se pregunta Sais. Por último, el alcalde dice que el Ayuntamiento compensará el recibo del agua. Aunque deja claro que, para la mayoría de la población, la que se utiliza para beber y cocinar no representa "más del 10% del consumo". "Ahora bien, para aquellos que estén acostumbrados a beber agua del grifo, porque no se pueden pagar la embotellada, haremos una estimación aproximada para compensar el gasto", concluye.

Reservas en los supermercados

Mientras tanto, los vecinos y negocios pasan como pueden la situación. En los bares, por ejemplo, las cafeteras se llenan con garrafas. Y los supermercados de la Bisbal ya han hecho reservas de agua para días. "El fin de semana pasado nos quedamos sin e hicimos venir dos trailers enteros a principios de esta", explica Sònia Gamero, encargada del Novavenda de la Bisbal.

Han llegado a pedir hasta veinte carros con garrafas de 8 litros, que son los que se venden más en lineal. "Hubo un poco de caos con todo; la gente está enfadada y se queja porque, además de comprar agua, después tienen que pagar el recibo igual", indica la encargada.

Además, se tiene que tener en cuenta que estos días el municipio empezará su fiesta mayor. "Ahora tenemos un stock bastante grande para que la gente no se pueda quedar sin, porque además estamos en plena época de vacaciones", precisa la encargada.