El clamor era prácticamente unánime por parte de los principales afectados. Y por fin, será una realidad. El Gobierno ha aceptado la petición de la Generalitat -instada por decenas de ayuntamientos del área metropolitana- de levantar el aislamiento de la ciudad de Barcelona.

A efectos prácticos eso significa que se rompe el muro -metafórico- que hasta ahora la separaba del resto de su entorno y la movilidad volverá a estar permitida dentro de toda la región sanitaria, que incluye la ciudad de Barcelona y las áreas metropolitanas sur y norte.

Con el inicio del proceso de desescalada, a finales de abril, el gobierno de la Generalitat solicitó que los límites territoriales en función de los cuales se decidieran los cambios de fase fueran las regiones sanitarias y no las provincias. En aquel momento, se subdividió la región sanitaria de Barcelona en tres áreas: la ciudad -que incluye los diez distritos que la conforman-, el ámbito metropolitano norte -que comprende el ámbito territorial del Barcelonès Nord, el Maresme, el Vallès Occidental y el Vallès Oriental- y el ámbito metropolitano sur - que incorporaba el Alt Penedès, el Baix Llobregat, el Garraf y el Barcelonès Sud-.

Hay una excepción dentro de esta reunificación. El Garraf y el Alt Penedès quedan excluidos porque van a un ritmo diferente y desescalan más rápido. Mientras la mayor parte de la región se mantiene en fase 1, a partir del lunes, estas dos áreas avanzarán ya a fase 2. Por eso, el Govern de la Generalitat ha pedido que estos dos territorios queden al margen del resto.