El detenido que murió en la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Ciutat Vella sufrió una insuficiencia cardiorrespiratoria aguda. Según la autopsia del cadáver, el joven de 18 años no tuvo una muerte violenta traumática, de manera que la investigación del incidente no se dirige hacia nadie como autor material.

El Juzgado de Instrucción 30 de Barcelona tiene abierta una causa por la muerte del joven en dependencias policiales y se está a la espera de la realización de pruebas complementarias -como el análisis de tóxicos- para determinar las causas de la muerte.

La víctima era Aadel, un vecino de Barcelona de nacionalidad siria que murió el domingo pasado en la comisaría de Ciutat Vella, en la calle Nou de la Rambla, donde se encontraba bajo custodia policial desde aquella misma madrugada. El joven, había sido detenido de madrugada por un presunto robo de un teléfono móvil en la calle Vistalegre, en el mismo distrito de Barcelona, y lo trasladaron a la comisaría de Ciutat Vella y no a la de Les Corts -donde se realiza habitualmente la custodia de los detenidos- porque estaba muy llena.

En un comunicado, la policía catalana detalló que los agentes trasladaron al joven en el Centro de Atención Primaria (CAP) Pere Campos poco después de las siete de la mañana de este domingo, después de que el detenido dijera que se encontraba mal. Después de recibir el informe del alta médica, los Mossos lo devolvieron a la comisaría y pocos minutos después el joven se desmalló. Agentes de los Mossos realizaron las maniobras de reanimación hasta la llegada del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), que siguieron con la actuación sin conseguir reanimarlo.

Éxodo y supervivencia

La corta vida de Aadel es otra más historia de supervivencia. El joven huyó de su Siria natal en el 2012 y cruzó todo el norte de África hasta Marruecos. Allí se reencontró con su padre -a quien le acompañaban su segunda mujer y los cuatro hijos de la pareja- y juntos cruzaron la frontera de Melilla. Poco después de pedir la condición de asilo y de instalarse en Barcelona, el padre de Aadel muere.

Según explica la filial de la CUP en Ciutat Vella en un comunicado, la pareja del progenitor del joven tuvo que ceder la custodia de Aadel a la DGAIA "condicionada por la falta de recursos materiales". Cumplida la mayoría de edad, la víctima se convirtió en uno de los centenares de menores y jóvenes desamparados que hacen vida en las calles de Ciutat Vella, muchos de los cuales sobreviven a base de los hurtos e invierten parte del botín para poder esnifar cola.

Varias agrupaciones y entidades del distrito se han puesto de acuerdo para exigir que se aclaren las responsabilidades de lo que consideran un "crimen social" y han organizado una manifestación este viernes a las seis de la tarde en recuerdo del joven muerto y bajo el mensaje de Basta de muertes bajo custodia policial.