"Así no se puede dar clase". Este martes en la escuela Auró de Barcelona se ha vivido una situación muy desagradable: tener que dar clase a 40 grados de temperatura. Así lo ha denunciado la Asociación de Familias de Alumnos (AFA) de este centro educativo del distrito barcelonés del Eixample en su cuenta de Twitter. La instantánea se ha tomado a las doce y media en un aula de sexto primaria, que en esta escuela se ubica en la última planta del edificio, donde el sol es más inclemente. Es evidente que dar clase es cada vez más complicado a final y principio de curso, y hay que recordar que este año el calendario escolar se ha adelantado y las clases han empezado una semana antes, cosa que hace incrementar las posibilidades que haga más calor.

Bruno Álvarez, presidente del AFA de la escuela Auró, asegura a ElNacional.cat que "el protocolo del Govern es insuficiente" para parar estos golpes de calor tan intensos. "Es el mismo protocolo que teníamos durante el covid, y nos dicen que las aulas se tienen que ventilar, pero en un edificio del Eixample eso no puede ser la solución", opina. Álvarez explica que la biblioteca de este centro sí que está equipada con ventiladores, pero señala que es evidente que aquella sala no da abasto para acoger a todos los niños de la escuela.

Según explica a este diario el presidente del AFA del centro, entre este lunes y este martes las temperaturas en las aulas de este centro han oscilado entre los 35 y los 40 grados; y hoy "se ha llegado al pico", cuando el termómetro marcaba unos números que superaban estas cifras. Asegura que la intención de la escuela es llevar el registro de temperaturas de esta semana a Riesgos Laborales.

Bruno lamenta que con estas condiciones "no se puede dar clase". "Cuando hablas con alguna profesora, explican que es imposible dar clase lectiva si los niños tienen que salir de manera constante al lavabo a remojarse con el fin de refrescarse". "Nos enfrentamos a un mes o mes y medio muy intensos con respecto a las temperaturas", dice Álvarez, que añade que "en el mes de junio ya nos pillaron unas buenas olas de calor con las cuales también era impracticable dar clase".

Las familias, divididas ante el avance del calendario

Hay muchos motivos para estar en contra y muchos otros para estar a favor de la decisión de haber avanzado una semana el inicio del curso escolar. De entre los argumentos que pueden convencer a alguien de no alterar el calendario está la certeza de que "en septiembre todavía hace demasiado calor". Así lo aseguraba a ElNacional.cat la presidenta del AMPA del Instituto Escola Eixample, Begoña Pérez, que tampoco veía con buenos ojos la idea de hacer horas de ocio durante las tardes de este septiembre.