Jaume Asens y Joan Llinares son los hombres de cristal d'Ada Colau. El tercer teniente de alcalde, Jaume Asens, tiene bajo su paraguas el área de Derechos de Ciudadanía, Participación y Transparencia. para arrancar la maquina que tiene que implantar la ley de la transparencia y abrir puertas y ventanas, como pregonó Barcelona en Comú antes de entrar en el Ajuntament, ha buscado un referente anticorrupción: Joan Llinares. Quien fue el auditor del Palau de la Música justo después de saltar el escándalo de corrupción que sacudió a la opinión pública catalana e hizo tambalear los cimientos de una parte de burguesía barcelonesa y CDC, que puso la sede como aval. 

Asens y Llinares tendrán este mes de junio las principales herramientas de transparencia y anticorrupción del Ajuntament de Barcelona a punto: El código ético, el reglamento y el buzón para denunciar comportamientos sospechosos de corrupción. El reglamento no tiene precedentes en el Estado español y se enmarca dentro de la aplicación de la ley de transparencia que entró en vigor este mes de enero. 

Nos reciben en el despacho del tercer teniente de alcalde y se ve una complicidad entre ellos. Tienen muy claros los objetivos marcados y la entrevista acaba siendo un intercambio fluido de ideas entre ellos dos. ​

Estamos en un momento en que se tiene que aplicar la ley de la transparencia. Al margen de la ley ustedes tienen muy claro que el Ajuntament tenía que ser transparente, que la política tenía que estar abierta al ciudadano. Eso ustedes ya lo llevan en su ADN. ¿A quién se le ocurre fichar a Joan Llinares?

Jaume Asens: Yo a Joan lo conocía del proceso del Palau de la Música. Lo conocía profesionalmente. Cuando pensamos en una persona que tuviera una trayectoria, un prestigio en materia de lucha contra corrupción, en transparencia y auditorías, y que conociera como funciona una administración, no nos vinieron muchos nombres a la cabeza. A mí me vino su nombre. Él tenía varias ofertas y, en parte porque era una propuesta nueva, es la que lo animó.

¿Qué hizo que se decantara por el Ajuntament de Barcelona?

Joan Llinares: Con el Ajuntament ya tenía un contacto desde hacía muchos años, con el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), donde estuve 9 años y donde el Ajuntament juega un papel importante en el consorcio. Después cuando voy al Palau de la Música también está el Ajuntament formando parte del consorcio, por lo tanto no me es una administración desconocida. Desde dentro sólo lo había vivido en los procesos de terminar el museo del MNAC y después también por todo lo que supuso el trabajo en el Palau de la Música, pero cuando me llega la propuesta yo había vuelto al Institut Valencià d'Art Modern (IVAM), de donde había marchado 13 años antes y con una idea de quedarme prácticamente allí trabajando los años que me quedan hasta la jubilación. La verdad es que la propuesta sí que me animó y no tardé en pensármelo más de 2 horas.

La transparencia es una medida de prevención de la corrupción

¿Porqué hace falta un código ético?

J.L: Forma parte de la transparencia. Es una herramienta que está directamente vinculada a los parámetros de transparencia, no solo los que plantea la ley. La transparencia es una cosa que hemos pedido desde siempre. Ha sido ganada trozo a trozo por las exigencias de la sociedad. En este sentido es uno de los casos donde el derecho va detrás de lo que la sociedad viene pidiendo. La ley de la transparencia, tanto como la aprueba el gobierno español como el Parlament catalán. Hace más de 10 años que el Parlamento Europeo y la Comisión Europea está exigiendo a los gobierno de la UE que tenemos que aprobar normas de transparencia y código éticos.

¿La transparencia es una herramienta anticorrupción?

J.L: Es una medida de prevención de la corrupción. Sin lugar a dudas. Una buena parte de la corrupción ha arraigado con la falta de transparencia y dentro del oscurantismo con el que ha funcionado siempre la administración. Conseguir, desde fuera, acceder a un expediente y a una información, ha sido muy difícil.

J.A: Nosotros siempre hemos dicho que la democracia es transparencia, es luz y taquígrafos y para acabar con la corrupción hay que acabar con la opacidad y las zonas oscuras. Porque en las zonas oscuras está donde nace la corrupción. La transparencia es una virtud, que a los que gobernamos nos hace más fuertes democráticamente, pero a veces más vulnerables. Las agendas transparentes, que todo el mundo pueda saber dónde está el político en cada momento, nosotros lo estamos viviendo en nuestras propias carnes. La gente mira si estás más en el distrito. Es un terreno que ya se ha conquistado al sentido común y a veces parece que no seamos conscientes de dónde venimos. Antes era una herramienta que no existía. A mí me sorprende cuando me interpela un edil de CDC y él no tiene la agenda pública ni la ha tenido nunca en el pasado. No me quejo porque somos nosotros quien hemos expuesto nuestras fortalezas y nuestras debilidades. Yo creo que eso es en beneficio de una institución. Cuando nosotros dijimos que queríamos entrar y depurar y levantar alfombras, también dijimos que queríamos abrir puertas y ventanas. Y eso también pasa por nosotros. Somos los primeros que creamos los instrumentos para que se nos pueda fiscalizar mejor. Siempre cito a Xirinacs porque me gusta mucho. Xirinacs decía: “Lucharemos contra los fuertes cuando seamos débiles, lucharemos contra nosotros mismos cuando seamos fuertes”. Esta dimensión de que el poder si se entrega a su propia dinámica lógica tiende a acumularse y tiende a convertirse en despótico, es lo que hace que haya un punto de desconfianza incluso hacia nosotros mismos. Para que no tengamos la tentación de caer en inercias o en prácticas de la vieja política que nosotros nos hemos comprometido a echar.

Es una revolución cultural desde el punto de vista de las formas de gobernar

¿La transparencia qué es? No sólo es colgar todos los documentos, va mucho más allá. ¿Es un cambio cultural?

J.L. Es una revolución cultural desde el punto de vista de las formas de gobernar. Y desde el punto de vista del gobernado, de sus compromisos como individuo social que tiene las posibilidades de participar y que las tiene que utilizar. Si se aplica todo lo que está legislado sobre transparencia, cualquier ciudadano puede saber cómo se aplica hasta el último céntimo del presupuesto municipal. 

J.A. La trazabilidad es también importante...

J.L. La trazabilidad y los resultados. No sólo está el que ahora se venga a tapar al ciudadano con una cantidad de información que sea incapaz de digerir, que eso sería otra forma perversa de decir “somos transparentes”. Está también en la manera de hacerlo comprensible y en crear los mecanismos por los que cualquier duda y pregunta que tenga el ciudadano pueda obtener las respuestas. Y eso es lo que hemos articulado de una manera que no viene en la ley ni en ninguna de las normas que desarrollan las obligaciones en materias de transparencia, sino que ha sido un trabajo del propio gobierno de crear la oficina para la transparencia y las buenas practicas. Va mucho más allá de lo que están haciendo muchas de las administraciones, que cuelgan en la web toda la información y el que quiera que vaya mirando. Con la oficina, la pro actividad y la generación de vínculos son algunos de los objetivos.

J.A: Como dice él es una revolución pero sí que exige un cambio cultural importante para los funcionarios. Por eso no vamos tan rápido como querríamos. Han trabajado toda su vida profesional con unos criterios, tienen una cierta edad y de golpe las exigencias de esta nueva cultura les obliga a introducir en sus rutinas una serie de elementos que significan, sobre todo al inicio, un sobre esfuerzo.

Hay que formarlos...

J.L. Sí, una de las funciones de la oficina es hacer una tarea de formación en el ámbito interno de la organización.

No se quiere entender que la administración es una cosa y el poder ejecutivo, otra

Los cargos de confianza. Un tema tan controvertido siempre y que se ha utilizado, también, contra este gobierno desde el primer momento. ¿Cómo se tiene que articular y gestionar?

J.L. Los cargos de confianza han existido siempre y están regulados por la ley. En el ámbito de la administración local, los cargos de confianza están estipulados dentro de la ley de bases y su Real Decreto que la desarrolla y en cada ayuntamiento, en función del número de habitantes que tiene, se fija un número de personas que se configura como personas que forman parte del gobierno. En un nivel inferior, pero forman parte del gobierno. No se los contrata. Se los nombra. Son personas que se incorporan a la estructura política y están integrados dentro de ella. Es normal que si están integradas en la estructura política sean personas que tengan asimilado el programa, la ideología, la manera de ver la vida... que en definitiva es la del gobierno..,es una manera de desviar muchas otras cuestiones que implica la transparencia y el buen gobierno. A mí me cuesta entender. En países que nos han enseñado mucho sobre el conflicto de intereses y la transparencia, como EEUU, el presidente Kennedy nombra a su hermano para integrarlo dentro de su gobierno y es visto con una absoluta normalidad. O el presidente Clinton que nombra a su mujer. Porque estamos hablando del núcleo del gobierno.

J.A. Aquí también ha pasado con los Maragall...

J.L. Es normal que gente que forma el gobierno esté cohesionada. Lo anormal sería lo contrario. Que fueran desconocidos. Se está confundiendo y no se quiere entender que la administración es una cosa y el poder ejecutivo, otra. Aquí, el código ético plantea que no se podrán presentar en los procesos de personal, miembros del gobierno o de la administración que estén comprendidos hasta un cuarto grado. Ni en procesos de contratación de personal ni en procesos de contratación de empresas, ningún empleado público del Ajuntament de Barcelona podrá intervenir si aparecen relaciones familiares porque el código ético lo prohíbe.

¿Cuesta mucho dinero ser transparente?

J.L: La transparencia genera economías. Y la transparencia le sale muy bien de precio a la administración, en la medida en que tú obligas a seguir los procedimientos sólo en materia de contratación, de subvenciones. Aquí con una transparencia absoluta se contratarán las cosas como se tienen que contratar. Y contratar las cosas siguiendo el procedimiento genera economías. Miramos donde han ido los principales casos de corrupción que conocemos, sobretodo porcentajes de las adjudicaciones. En la medida en que tú lo evitas estás generando economías. Eso es como los que dicen que la democracia es cara y que nos pueden estar argumentando que la transparencia es cara. No es cara. En la perspectiva y la proyección temporal, la transparencia genera muy buenas economías en las administraciones públicas en la medida en que evita la corrupción. La corrupción, en definitiva, es dinero que se llevan hacia lugares desconocidos.

El poder es intrínsecamente malo. Tiende al abuso. 

Después de vivir el caso del Palau de la música ni le extraña nada...?

J.L. Sólo hay que leer la prensa. Ya no me extraña nada.

¿Ya está cuidado de espantos?

J.L. Ya estoy curado de espantos.

La lentitud de la justicia en según qué casos no juega muy a favor tampoco...

J.L: En este país se ha juzgado antes a un miembro de la Casa Real que al señor Millet. Y el caso fue posterior... Y es mucho más complejo que el del Palau...

¿Se gobierna más cómodamente o más incómodamente siendo transparente?

J.A. En términos de comodidad es más cómodo no tener que dar explicaciones a nadie de lo que haces, dar subvenciones a dedo y viajar sin dar explicaciones de la función pública de tu viaje. O aceptar regalos, también es mucho más cómodo. En términos de comodidad, la corrupción seguramente es más cómoda para quien la practica. Otra cosa es que es un comportamiento inmoral, indecente y en muchos casos, ilegal o delictivo.

Eso es demasiado importante como para dejarlo en manos de los políticos

En todo caso se gobierna más tranquilamente en sentido de saber qué estás haciendo las cosas bien...

J.A. Sí, es más cómodo moralmente, genera mejor comodidad moralmente y también el hecho de saber que en tu actividad cotidiana te pueden interpelar, criticar, pero hay menos sospecha. Nosotros también tenemos limitación de mandato y sueldo, en esta línea. La profesionalización de la política de las castas profesionalizadas, de la gente que lleva toda la vida... Aquí hay muchos concejales que no han trabajado nunca de nada más que en la política. Eso genera unas dinámicas y es eso lo que hace la imagen de desprestigio de la clase política, que puede dar la sensación que se dedica a lucrarse, a sacar un beneficio personal, por las puertas giratorias después... Nosotros queremos dignificar. Hay un mensaje que es importante y es que estos mecanismos como el código ético, la oficina de transparencia... son antídotos para evitar la corrupción y conseguir una administración transparente pero no son suficientes. Necesitamos una ciudadanía organizada, contrapoderes ciudadanos que ejerzan este control y que no bajen la guardia. El poder es intrínsecamente malo. Tiende al abuso. No ahora porque que estén unos, nosotros en este caso, se tiene que bajar la guardia. Cuando haces la agenda transparente si alguien se quiere reunir contigo como medio de presión, también es una forma de protegerte a ti mismo.

¿Eso pasa?

J.A. Claro... Estamos creando los mecanismos para que tengamos menos capacidad de caer en la corrupción, sobre todo cuando llevas mucho tiempo en un sitio, de aquí la limitación de tiempo y sueldo de En Comú Podem. Pero después también es importante saber que los casos de corrupción, han salido mayoritariamente de la ciudadanía organizada que los ha denunciado y que muchas veces los organismos internos de fiscalización han fracasado... El mensaje que intentamos transmitir es que eso es demasiado importante como para dejarlo en manos de los políticos.