La vivienda constituye uno de los principales retos sociales, económicos y urbanísticos en Cataluña, donde supone la principal preocupación de los catalanes. En el área metropolitana de Barcelona, el reto se agudiza, ya que es el territorio con la mayor tensión en el mercado residencial y con los precios más disparados del país. En los últimos años, el incremento de los precios de la vivienda ha superado ampliamente el crecimiento del poder adquisitivo de la población, lo que ha generado una situación de grave dificultad para muchas personas a la hora de acceder a una vivienda nueva o para mantenerla. Desde sus competencias en la materia, como la planificación urbanística, el impulso financiero a las promociones o la construcción, el AMB ha desarrollado un modelo propio de vivienda pública asequible, innovador y de calidad, basado en tres líneas: la construcción, la rehabilitación y el alquiler social, para potenciar la cohesión social y territorial. En este sentido, entre los años 2019 y 2025 ha impulsado la promoción de 5.000 viviendas sociales y, de cara al futuro, prevé incorporar al parque público de vivienda 6.000 nuevas viviendas en los próximos años

Entre 500 y 600 viviendas anuales

El Institut Metropolità de Promoció de Sòl i Gestió Patrimonial (IMPSOL) es el ejecutor de gran parte de la hoja de ruta del AMB en materia de vivienda, y entre los años 2019 y 2025 ha impulsado la promoción de 3.000 de las 5.000 viviendas puestas en marcha por el ente metropolitano en estos seis años. Viviendas que se encuentran en diferentes etapas del proceso, desde la fase de proyecto hasta la construcción o la entrega. De cara a los próximos años, el IMPSOL tiene previsto promover entre 500 y 600 viviendas anuales, el doble de su producción habitual. En sus promociones, el IMPSOL interviene con la construcción, pero también con la estructuración del tejido urbano, proponiendo nuevas formas de habitar y promoviendo más conciencia ambiental, todo ello incorporando estrategias pasivas de ahorro y eficiencia energética. 

85 viviendas en Cornellà de Llobregat. Autoría Peris + Toral arquitectes. Foto José Hevia

Reducción de emisiones e innovación tipológica

Desde el año 2017, el IMPSOL propicia un cambio de paradigma en la construcción de vivienda pública que parte de una reflexión profunda una vez atravesado el periodo de la crisis financiera de 2008: qué tipo de vivienda debe producir la administración pública. A lo largo de los últimos años, se ha dado respuesta a la pregunta mediante la adopción de diferentes estrategias innovadoras. Por un lado, la innovación tipológica: viviendas flexibles, inclusivas, con perspectiva de género y no jerárquicas, cocinas integradas y espacios intermedios sociales y climáticos que se materializan en proyectos como el de 85 viviendas en Cornellà, de Peris+Toral. Por otro lado, se han ido incorporando estrategias bioclimáticas para reducir las necesidades energéticas de los edificios y la construcción con materiales industrializados para reducir las emisiones, así como innovaciones sociales para crear espacios en los que se combata la soledad no deseada y se fomente la convivencia intergeneracional y la participación ciudadana.

22 viviendas en Viladecans. Autoría AV62 Arquitectos + Calderon Folch Studio. Foto José Hevia
39 viviendas en Montgat. Autoría DataAE + Xavier Vendrell. Foto Adrià Goula

Colaboración público-privada

Mediante Habitatge Metròpolis Barcelona (HMB), una forma pionera de colaboración público-privada en España, el AMB construye y gestiona viviendas de alquiler asequible en Barcelona y el área metropolitana de la capital catalana. El operador de vivienda está operado en un 50% por el sector público (25% AMB y 25% Ayuntamiento de Barcelona) y otro 50% por el sector privado (Nicrent Residencial SL, 50% Neinor Homes y 50% Cevasa). La parte privada es la encargada de promocionar la construcción y gestionar el parque de viviendas, mientras que la parte pública es la que pone a disposición de los promotores el suelo público y tiene el derecho de superficie de los terrenos. HMB está construyendo un parque de 4.500 viviendas de alquiler asequible, distribuidas en 2.250 viviendas en Barcelona y 2.250 más en los municipios metropolitanos, con una inversión prevista de 600 millones de euros. 

HMB, así como el IMPSOL, también ha solicitado la inscripción en la reserva pública de solares del plan para construir 50.000 viviendas de la Generalitat de Catalunya, que permitirá ofrecer las viviendas a un precio más asequible para la ciudadanía. De hecho, entre la reducción de precios y la repercusión menor de gastos, el ahorro puede ser de aproximadamente el 18% para el ciudadano. Las nuevas promociones fomentarán la calidad arquitectónica, la accesibilidad y la flexibilidad para adaptar las viviendas a nuevos y futuros usos y formas de vivir. De igual manera, se pondrá énfasis en el ahorro energético y la sostenibilidad ambiental. Desde su creación, HMB está trabajando en la promoción de 1.964 viviendas sociales. Esta cifra recoge todas las viviendas en diferentes etapas del proceso: desde las que todavía están en fase de proyecto hasta las que ya están en construcción.

40 viviendas en El Masnou. Autoría Peris + Toral arquitectes. Foto José Hevia

Impulso de la rehabilitación

La tercera pata del impulso del AMB en la vivienda la conforma el Consorci Metropolità de l’Habitatge, una entidad constituida por la Generalitat y el AMB que desarrolla, conjuntamente con los municipios, un modelo integrado de apoyo a la rehabilitación. En este sentido, el CMH recibió en 2022 98,89 millones de euros de los Fondos Next Generation para impulsar las actuaciones públicas de rehabilitación en el área metropolitana de Barcelona. Con una inversión total de 162 millones, de los cuales 98 fueron subvencionados por fondos europeos, se han rehabilitado 6.809 viviendas, una parte importante de las cuales en barrios vulnerables. El 75,68% de las subvenciones —que han beneficiado a 5.388 viviendas— se han destinado a actuaciones del Programa de barrios, que tiene en cuenta los edificios en ámbitos vulnerables. Las ayudas preveían subvenciones de hasta el 80% del coste de las obras, que podía llegar al 100% en el caso de los propietarios en situación de vulnerabilidad. 

Este impulso a la rehabilitación permite mejorar la calidad de vida de los habitantes de los edificios más antiguos del parque de vivienda de la región metropolitana, proporcionando un importante ahorro energético con la renovación de fachadas, cerramientos y aislamientos térmicos. Por otro lado, la rehabilitación del parque de la vivienda contribuye a la reducción de residuos y emisiones contaminantes, ya que pone a punto edificios más antiguos, evitando su destrucción y posterior reconstrucción. Ante la demanda de estas ayudas por parte de los edificios, en abril de este año 2025 el CMH tuvo que cerrar la admisión de solicitudes de ayuda, puesto que había agotado todos los fondos disponibles de Next Generation.