Buena parte de Catalunya se encuentra en situación de alerta por sequía ante la falta de reservas de agua en los embalses y el Govern tiene encima de la mesa varias medidas en caso de que la situación empeore y se tenga que entrar en la categoría de excepcionalidad. Eso pasa cuando las reservas están, por término medio, por debajo del 25%. Ahora que acaba febrero la situación es bastante complicada, con las reservas en las cuencas internas de Catalunya al 28%. Una de las medidas que se podría aprobar en los próximos días es el vaciado total del pantano de Sau, trasvasando el agua al pantano de Susqueda, según ha adelantado RAC1.

El trasvase de aguas de Sau a Susqueda ya se llevó a cabo en otros episodios de sequía el año 2005 y en el 2008, si bien no se llegó a completar al volver a registrarse precipitaciones que mejoraron la situación del embalse. Actualmente Sau, el segundo embalse de Catalunya, se encuentra al 15,4% de su capacidad. Este nivel de reservas tan bajo puede empezar a afectar a la calidad del agua que todavía queda. La medida implicaría pasar de los 0,3 hm³/día -que es la cantidad que se está desembalsando ahora-, a los 0,5 hm³/día. La operación de vaciado total es complicada y puede tener efectos medioambientales, como la supervivencia de los millares de peces que viven allí, que deberán ser retirados. El objetivo sería salvar el agua que todavía queda. El pantano de Susqueda está al 36,35% de su capacidad.

De situación de alerta a excepcionalidad

El Govern, por ahora, no ha aplicado restricciones en el consumo de agua, a pesar de la situación de alerta por sequía, aunque si la situación no mejora en las próximas semanas, se verá obligado a hacerlo. La cuenca del Ter y el Llobregat se encuentra en situación de alerta desde noviembre del año pasado, cosa que ha supuesto la puesta en marcha de una serie de medidas que no han afectado directamente al ciudadano, como la reducción del uso del agua para riego agrícola (25%), para usos ganaderos (10%), para los industriales (5%), para usos recreativos que impliquen riego (30%) y para otros usos recreativos (5%). A pesar de los llamamientos hechos por el ejecutivo para hacer un consumo responsable del agua, el hecho es que no se han registrado ahorros muy significativos en los últimos meses.

Panta de Sau sequera / ACN
Estado que presentaba el pantano de Sau el verano del año pasado / Foto: ACN

Si finalmente se entra en estado de excepcionalidad, eso supondrá empezar a aplicar nuevas restricciones. Estas son principales medidas previstas por la Agència Catalana de l’Aigua (ACA):

Medidas de gestión:

  • Se intensifica la reducción de las extracciones de agua de los embalses, especialmente con respecto a los usos no prioritarios.
  • Incrementar la producción de agua desalinizada progresivamente del 75-100%.
  • Aumentar hasta al máximo establecido las extracciones de agua de los acuíferos y pozos recuperados.
  • Se autoriza el retorno de aguas regeneradas al río Llobregat.

Medidas de ahorro:

  • Se establece una dotación máxima de 230 litros por habitante y día. (La media de gasto, según datos del ACA del 2021, está en 117 litros por habitante y día).
  • Reducción de la dotación de riego agrícola en un 40% o la sustitución de parte de los caudales destinados a riego agrícola por aguas regeneradas.
  • Reducción del 15% de los consumos de agua en las industrias.
  • Reducción del consumo de agua en los usos recreativos: 15% en usos asimilables a urbanos y 50% en riego.
  • Prohibir el uso de agua para el riego de jardines y zonas verdes de carácter público o privado, excepto el riego de supervivencia de árboles o plantas que se hará gota o a gota o en regadera.
  • Prohibir el riego de césped en todos los casos, excepto en superficies destinadas a práctica federada de deporte, o aquel que se haga reutilizando aguas de lluvia recogidas de los tejados o bien agua regenerada de las depuradoras.
  • Prohibida la limpieza de calles, alcantarillado, pavimentos, fachadas o edificios con agua potable.
  • Solo se puede hacer llenado parcial de piscinas de agua dulce que dispongan de sistemas de recirculación y siempre con las cantidades mínimas para garantizar la calidad sanitaria del agua; y en centros educativos, las piscinas desmontables de menos de 500 litros destinadas al baño de niños.