El anuncio de previsión de chaparrones en Catalunya de los próximos días puede ser la salvación que necesita la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) para ahorrarse tener que anunciar medidas restrictivas para los ciudadanos ante la grave sequía que está sufriendo Catalunya en los últimos meses. La ACA se esconde detrás de las lluvias esperando que estas les den un margen para evitar tomar decisiones que afecten directamente al consumo doméstico y que generarán malestar entre la población. La situación de sequía en Catalunya es cada vez más dramática. Y es que el estado de las reservas de agua en los embalses catalanes se encuentran al 28% de su capacidad, hecho que supone encontrarse ante una situación de emergencia extrema por falta de agua.

Ante este contexto, el órgano decisor se mantiene todavía inmóvil: desde noviembre de 2022, cuando se declaró el estado de alerta, no ha avanzado con ninguna nueva medida preventiva, a pesar de la rápida degradación hacia el estrés hídrico en buena parte del territorio. La falta de lluvias en las cabeceras de los ríos y los mínimos niveles de los embalses llevaron a la Generalitat de Catalunya a decretar el pasado 22 de noviembre de 2022 restricciones en 514 municipios, incluyendo el Area Metropolitana de Barcelona (AMB), afectando a más de 6,7 millones de habitantes.

Restricciones y limitaciones en el consumo de agua

De hecho, las medidas aplicadas se han mostrado insuficientes para minimizar la situación: esta fase, aplicada cuatro meses atrás cuando la capacidad de los embalses se situaba sobre el 40%, implica restricciones y limitaciones en el consumo de agua, como la reducción del consumo de agua al 25% para usos agrícolas y un 5% industriales, la disminución del riego de parques y jardines, la prohibición de llenar las fuentes ornamentales y los lagos artificiales o de mangueras de agua para la limpieza de calles, fachadas o vehículos, la prohibición de llenar piscinas y un consumo máximo de 250 litros por habitante y día. Ahora, a finales de febrero, el volumen  en los embalses ha bajado un 30% - situándose a un 28% de la capacidad.

La estrategia de la ACA se ha limitado a encomendarse a la esperanza de un cambio de tiempo para evitar tener que anunciar nuevas restricciones que, a buen seguro, afectarán a la ciudadanía general con limitaciones al consumo doméstico. Especialmente, donde más volumen de población se acumula: la ciudad de Barcelona y su área metropolitana. Si las lluvias no cumplen las expectativas, la ACA no tendrá más remedio que dar un paso adelante y empezar a cortar el grifo a los ciudadanos. Una decisión que cogerá por sorpresa a la mayoría de población, que no tiene la percepción de la gravedad real de la situación. Y es que, desde la administración catalana, se ha insistido en minimizar el estado de sequía actual, promoviendo la idea de que el consumo doméstico de agua no estaba en peligro. "Prefiero decir limitaciones que restricciones, porque los ciudadanos del área de Barcelona seguramente ni se darán cuenta de ello", aseguraba en varias entrevistas a finales del año pasado el director de la ACA, Samuel Reyes.

Preocupación por el estado de los embalses

Los embalses con menos volumen de agua de Catalunya son el de Siurana (4,25%), el de Riudecanyes (9,37%), el de Sau en Vilanova de Sau (15,97%) y el de la Baells en Cercs (26.13%). Estos dos últimos son los que abastecen en la población del área metropolitana de Barcelona (Más de 3,3 millones de personas, el 43.1% de la población total de Catalunya): ambos se encuentran por debajo de la media todos los embalses.

El pantano de Sau, que pertenece al río Ter, tiene una capacidad máxima de 165,26 hm3, de los cuales nomas tiene disponibles 26,39 hm3, lo que supone un 16,97% del total. Si nos remontamos al estado del embalse hace un año, este se situaba en 78,72 hm3, tres veces más que en la actualidad. Por otra parte, el embalse de Baells en Cercs actualmente dispone de un total de 28,60 hm3, un 26,13% del total. Por el contrario, hace un año este mismo embalse tenía el doble de capacidad disponible que en la actualidad, con 52,59% y 57,55 hm3.