5.47h El despertador lleva veinte minutos sonando. Me levanto con los ojos cerrados y tanteo la pared hasta llegar al lavabo para darme una ducha rápida. En la calle, oscuridad y toque de queda. El agua caliente me despega los párpados y no puedo evitar pensar que mientras la princesa sufría de insomnio ante una muerte inminente, el día de la leyenda a esta hora Sant Jordi debió de estar bien sobado.

7.30h En el Barri Vell de Girona hace mucho frío y no hay absolutamente nadie por la calle, como si la amenaza del dragón obligara a todo el mundo a quedarse en casa. La Fundació Llibreria Les Voltes, en la Plaça del Vi, ya tiene 10 metros de mesa montados delante de la tienda y la marea de libros expuestos va subiendo desde las seis y media de la mañana. Quien la administra es Joan Matamala y me explica que el espacio nació el año 1963, a punto de acabar el franquismo, cuando un grupo de 43 socios impulsó un espacio para vender libros exclusivamente en catalán. Como en aquel momento se editaban pocos, también crearon un centro de promoción cultural en defensa de la lengua y las libertades catalanas. Les Voltes es un nido de activismo y una institución en la ciudad. Son las 8 de la mañana, tengo las manos congeladas y todavía no he visto ninguna rosa.
 

WhatsApp Image 2021 04 23 at 18.49.52Foto: Marta Gambín

No he visto ni un libro en castellano en tres horas

8.25h Girona me enamora. Doy una vuelta sobre mí misma y veo esteladas en el balcón y pancartas reivindicativas que gritan en defensa de los presos políticos. No hay todavía demasiada gente pero se desprende un aire festivo que engancha: se nota que necesitamos olvidar las penurias de un año complicado. Aunque una chica grita que no sabe cómo le cobrarán el pedido, en el puesto una mujer que lleva un ramo enorme de rosas rojas (¡por fin!) compra el primer libro y parece que abra la veda de los amantes de la lectura. En la próxima media hora la cosa empezará a animarse y más de una veintena de personas andará entre las vallas de seguridad sin apartar la vista de la mesa, pero se supone que yo todavía no lo sé porque sólo faltan cinco minutos para las ocho y media.
 

WhatsApp Image 2021 04 23 at 18.50.11Foto: Marta Gambín

10.54h La Copa es uno de los espacios habilitados para celebrar la festividad y allí Les Voltes también ha montado chiringuito. No pierden ninguna oportunidad: el Sant Jordi del año pasado consiguieron repartir más de 500 paquetes de libros y rosas por toda Girona gracias a un salto digital precipitado por el ahogo del momento. ¿El resultado? Facturar un 40% de las cifras de 2019, todo un récord en tiempo de pandemia.

Pido el segundo café de la mañana y atravieso el Pont de Pedra mirando a ambos lados. No veo las sonrisas de la gente con quién me cruzo pero las intuyo. Para entrar en la Copa hay que hacer cola y la gente la hace sin quejarse, creo que es una de las cosas maravillosas de haber aprendido a valorar el tiempo. Cuento 16 paradas de libros repartidas por la explanada y me sorprendo al ver un montón de grupos escolares. Qué ilusión y qué envidia. Cuando yo era pequeña el único santo que celebrábamos era el que daba nombre a mi colegio de padres maristas.

12.40h No apto por castellano-lectores: entre los 4.400 libros que hay repartidos entre los dos puestos de la librería, no he sido capaz de ver ningún título con una ñ.
 

WhatsApp Image 2021 04 23 at 18.50.18Foto: Marta Gambín

13.00h ¿Quién dice que el día más bonito del año no se puede vivir desde dos ciudades diferentes? Recojo los trastos dispuesta a recorrer 100 kilómetros. Suena el último disco de Love of Lesbian en el coche dirección Barcelona cuando me llama Guillem, el compañero del diario que hoy está pasando 12 horas con una florista. Hablamos del tiempo, del sueño que tenemos y nos despedimos hasta la tarde. El coche marca 21 grados al sol.

14.30h El 23 de abril del año pasado le regalé una rosa de papel a mi pareja para celebrar nuestra primera fiesta del libro. Yo, que soy un drama haciendo manualidades, me encerré en una habitación donde no pudiera verme y escribí "cómo hacer rosas de papel" a Youtube. Hoy, antes de subir a comer, le he comprado Revancha de Kiko Amat en la pequeña librería de debajo de casa – después de hacer cola más de 15 minutos, increíble - y se lo he dado sólo entrar por la puerta. Nuestro primer Sant Jordi como es debido.

16.09h No se había visto tanta necesidad de vitamina D desde la piel blanca femenina estereotipada de la edad Media. Plaça de la Vila parece Playa de Aro el mes de agosto y la pandemia, por unas horas, se ahoga dentro de las copas de birra de la peña. En la librería La Memòria reina la calma después de la tormenta matinal y Xavier, propietario, aprovecha para ir a tomar algo con la hija y la mujer. Fuera, en la cola del perímetro de puestos habilitado, las horas bajas no se notan y la multitud que charla sentada en tierras y terrazas es digna de cualquiera de los festivales de verano que tanto añoramos.
 

Sant Jordi Sergi AlcàzarFoto: Sergi Alcàzar

Los libros de Maria Barbal y Arcadi Oliveres, agotados

17.10h Vuelve la marcha entre estantes y mesas peripuestas. A pesar de mostrarse prudente y no poder darme cifras todavía, Xavier me dice que ha habido mucho movimiento, también durante toda la semana, y noto por su manera de hablar que no tiene mucho tiempo para dedicarme. Su librería es una de las más conocidas en Gracia: calcula que un 60% de la clientela es gente del barrio, aunque desde su nacimiento hace siete años han querido recoger una gran parte de la realidad urbana de la ciudad. Cuando le pregunto por los libros más vendidos, dice que ha agotado Tándem de Maria Barbal, y Palabras de Arcadi, del reciente difunto Arcadi Oliveres.

Me crea curiosidad cuando me explica que escogen los libros que exponen subjetivamente según los títulos que más les gustan porque "no somos una librería de best sellers, el lector o lectora que viene aquí no viene buscando eso". Y es cierto: la mayoría de los libros que veo cuando entro en la tienda no están en ninguno de los TOP20 que he hojeado las últimas semanas. Qué gozo que haya espacios todavía donde la conciencia pesa más que el bolsillo.
 

LaMemòria Sergi AlcàzarFoto: Sergi Alcàzar

17.35h Y el catalán también triunfa más que el castellano en la Ciudad Condal, al menos en este pequeño rincón literario del barrio. De los libros que se traducen en ambos idiomas, más de un 80% de los habituales de La Memòria escogen leer en lengua catalana, aunque se tiene que tener en cuenta que la traducción catalana es escasa dentro del género del ensayo. "Eso demuestra que, si hay para escoger, la gente escoge el catalán", sentencia Xavier con contundencia y orgullo. Sabiendo estos datos tan positivos para nuestra lengua, me entristece pensar que quizás no hay bastante voluntad política para dar soporte a la inmersión lingüística o quizás es que en este país estamos demasiado acostumbrados a que sean los demás los que nos digan cómo tenemos que hacer las cosas.

17.58h Llevo más 12 horas despierta y tres cafés encima, mi inspiración pide a gritos una copa de vino. Pero tengo claro que cuando acabe de escribir y salga del diario haré exactamente lo que llevo haciendo todo el día: repetiré calles y pasearé por otras, me compraré algún otro libro y viviré el día más bonito del año hasta que tenga que volver a casa. Ahora que he(mos) conocido la tristeza de no vivir Sant Jordi, me niego a perderme ni un minuto de su magia. Y si me duermo por el camino, ningún problema. Mañana y siempre nos quedarán los libros.