Un grupo de investigadores cree haber hallado la razón que explica por qué las mujeres desarrollan diferentes tipos de enfermedad cardiovascular en momentos distintos que los hombres. Los resultados de su estudio científico han arrojado la evidencia de que las arterias y las venas de las mujeres envejecen a mayor ritmo que las del género masculino.
El estudio ha sido publicado en la revista JAMA Cardiology, y en el mismo se relata que el incremento de la presión arterial obtenido en el trabajo científico se produjo mucho antes en las mujeres que en los hombres, a partir de los años 30.
Hasta ahora, la ciencia sabía que esta diferencia ocurría más adelante, después de la menopausia, pero gracias al estudio se ha conocido que comienza en un momento de la juventud y se mantiene hasta las últimas etapas del envejecimiento. Unos datos que tienen implicaciones en una diversidad de procesos de enfermedades y en algunos sistemas de órganos del cuerpo humano, cuya buena salud depende de contar con arterias sanas.
El estudio
El equipo del Cedars-Sinai Smidt Heart Institute de Los Ángeles (California) analizó cerca de 145.000 mediciones de presión arterial recolectadas durante un período de 43 años. Las mediciones se tomaron de más de 32.000 participantes en el estudio de entre 5 y 98 años de edad.
A partir de ahí, los investigadores examinaron los datos para encontrar patrones cuando la presión arterial comenzó a aumentar. En lugar de comparar datos de hombres y mujeres en el estudio, los investigadores compararon mujeres con mujeres y hombres con hombres.
Según los autores, “cuando miramos los datos de esta manera, nos dimos cuenta de que no solo las mujeres se estaban poniendo al día con los hombres, sino que las tasas de aceleración en la elevación de la presión arterial eran significativamente más altas en las mujeres que en los hombres que comienzan temprano en la vida, mucho antes la transición menopáusica, lo que indica que las mujeres realmente son diferentes de los hombres y que debemos pensar en ellas de manera diferente en lo que respecta a la salud y la enfermedad”.
Durante muchos años, los hombres y las mujeres con enfermedades cardiovasculares han sido tratados de manera similar debido a que las diferencias fisiológicas intrínsecas entre hombres y mujeres que juegan un papel en cómo funciona el sistema cardiovascular no se entendieron completamente. Esta investigación y otra recientes, muestran que hay diferencias sutiles en los sistemas cardiovasculares de hombres y mujeres que pueden comenzar temprano en la vida, con lo que se necesita una mayor investigación y un tratamiento distinto según el sexo del paciente.
Alrededor de la mitad de los adultos norteamericanos sufren de tensión alta, un hecho que desgraciadamente hace que si no es tratada correctamente, se den enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y problemas renales.