La moda de los tatuajes puede tener beneficios que no eran imaginables hasta ahora. Un sorprendente estudio llevado a cabo en la Universidad de Alabama en Estados Unidos y que ha sido publicado en la revista científica American Journal of Human Biology, defiende que la respuesta del cuerpo humano cuando una persona se hace un tatuaje es similar a la experimentada al hacer ejercicio en el gimnasio cuando no se está en forma. Inicialmente, el dolor en los músculos es abrumador, pero poco a poco van desapareciendo en los entrenamientos posteriores hasta que no vuelven a aparecer. Pues bien, algo parecido ocurre con los tatuajes.

Chica tatuada (1)

La investigación se realizó con 24 mujeres y 5 hombres de entre 18 y 47 años. Los expertos analizaron la función inmune de sus organismos utilizando como referencia la inmunoglobulina secretora A y el cortisol. Respectivamente, son un anticuerpo fabricado por el sistema inmunitario para combatir los ataques de bacterias, virus y toxinas y una hormona del estrés que suprime la respuesta inmune. Les tomaron una muestra de saliva recolectada antes y después de las sesiones de tatuaje y se analizó la experiencia teniendo en cuenta factores como la cantidad de tatuajes en el cuerpo, las horas de vida tatuadas, los años desde el primer tatuaje, el porcentaje de cuerpo cubierto, la masa corporal y la cantidad de sesiones que se llevaron a cabo.

 

Según las conclusiones del trabajo, los niveles de inmunoglobulina A disminuyeron significativamente en aquellas personas que recibieron los tatuajes inicialmente, como era de esperar debido a los efectos inmunosupresores del cortisol, que aumentan debido al estrés que supone para el cuerpo el hecho de realizarse un tatuaje. Pero la disminución de la inmunoglobulina A fue menor en aquellas personas que se hicieron tatuajes con mayor frecuencia. Al tatuarse una vez, el cuerpo moviliza sus anticuerpos para combatir posibles infecciones. A medida que se hacen más, el organismo aumenta repetidamente el umbral que requeriría una nueva respuesta inmunológica. Es decir, se vuelven más fuertes inmunológicamente hablando.

Tatuaje ventana (1)

Actualmente, las cifras apuntan a que en Europa, se calcula que entre un 15 y un 20% de la población tiene un tatuaje, aunque la cifra puede estar aumentando considerablemente porque cada vez es algo más común y ya no tiene las connotaciones negativas que existían hace décadas. Aunque no es así en todo el mundo. Por ejemplo, en países como Irán, Emiratos Árabes Unidos y Turquía están muy mal vistos e incluso prohibidos en algunos lugares, porque todavía se asocian con la delincuencia y el hampa.

Lo que sí está claro es que en ciudades como Barcelona o Madrid, las tiendas que ofrecen este tipo de servicios han crecido exponencialmente debido al incremento de la demanda, y la moda no tiene ningún viso de desaparecer, puesto que muchos sectores de la población los han convertido en una de sus señas de identidad.