Una de las consecuencias del calentamiento global es la mayor frecuencia e intensidad de las olas de calor extremo. Las previsiones dicen que van a aumentar en los próximos años, lo que tiene una implicación directa en nuestra salud que va más allá de las personas mayores o los niños. Este calor extremo está asociado con un mayor riesgo de incidentes cardiovasculares adversos, especialmente para adultos con enfermedades cardiovasculares preexistentes. AsÍ lo indican un grupo de expertos de la Universidad de Montreal en un estudio publicado en el Canadian Journal of Cardiology.

“El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) concluyó recientemente que las temperaturas globales están aumentando a un ritmo mayor que el proyectado anteriormente, y que el número de días de calor extremo aumentará significativamente en la mayoría de las regiones terrestres”, afirma el autor principal de la investigación, Daniel Gagnon. “Aunque todavía no comprendemos completamente las razones, las personas con enfermedades cardiovasculares tienen un mayor riesgo de hospitalizaciones y muerte durante los eventos de calor extremo”.

Los autores llevaron a cabo una revisión exhaustiva de estudios epidemiológicos basados ​​en evidencia y observaron una asociación constante entre el calor extremo y un mayor riesgo de resultados cardiovasculares adversos. Además, examinaron revisiones sistemáticas y metanálisis que consideraron el efecto del calor extremo en los accidentes cardiovasculares y concluyeron que las olas de calor aumentan significativamente el riesgo de muerte por cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca.

Dolor en el pecho

Los expertos consideran la posibilidad de que la exposición al calor ejerza demasiada presión sobre el corazón para las personas con enfermedades cardíacas y que la exposición al calor aumenta el riesgo de formación de coágulos sanguíneos dentro de los vasos sanguíneos que irrigan el corazón.

Por este motivo, proponen que las estrategias preventivas para minimizar el riesgo cardiovascular durante los eventos de calor extremo tengan como objetivo reducir el grado de hipertermia y deshidratación. Además, se deben promover los sistemas de advertencias de calor y salud, que actúan como una primera línea de defensa al crear conciencia sobre las próximas olas. Las advertencias públicas incluyen identificar los signos de estrés por calor, garantizar que las personas beban cantidades adecuadas de líquido frío o buscar un ambiente con aire acondicionado.

Investigaciones recientes respaldan el uso de ventiladores eléctricos, humedecer la piel y sumergir los pies en agua del grifo como alternativas simples al aire acondicionado para mantenerse fresco durante los eventos de calor extremo. “El aire acondicionado es la estrategia más eficaz que se puede recomendar, ya que elimina eficazmente el estímulo de calor y minimiza el riesgo de resultados cardiovasculares adversos”, explican los expertos. “Sin embargo, menos de un tercio de los hogares del mundo tienen aire acondicionado”.