Vivimos en la era de la información. Disponemos a diario de una gran cantidad de noticias, lecturas, vídeos, audios o informes de todo tipo acerca de todo tipo de cuestiones que nos pueden afectar: salud, economía, hábitos, psicología. Pero, ¿cómo decidimos lo que queremos saber? O en otras palabras… ¿qué factores hacen que busquemos información activamente sobre unas cuestiones y no otras?
Pues precisamente esta pregunta se la han realizado un equipo de expertos de la prestigiosa University College of London, que aseguran que la información a la que las personas deciden exponerse tiene consecuencias importantes para su salud, economía y relaciones. Y al comprender mejor por qué las personas eligen informarse, “podríamos desarrollar formas de convencer a las personas de que se eduquen”, aseguran.
La mayoría de las personas se clasifican en uno de estos tres tipos de búsqueda de información: las que principalmente consideran el impacto de la información en sus sentimientos al decidir si deben informarse, las que principalmente consideran cuanto de útil será la información para tomar decisiones y las que principalmente buscan información sobre temas en los que piensan con frecuencia. Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista Nature.
Los investigadores realizaron cinco experimentos con 543 participantes de la investigación, para evaluar qué factores influyen en la búsqueda de información. En uno de los experimentos, se preguntó a los participantes cuánto les gustaría saber sobre la información de salud, con cuestiones como si tenían un gen de riesgo de Alzheimer o un gen que les confiere un sistema inmunológico fuerte. En otro experimento, se les preguntó si querían ver información financiera, por ejemplo, sobre los tipos de cambio o en qué percentil de ingresos se encontraban, y en otro, si les hubiera gustado saber cómo los calificaban sus familiares y amigos en rasgos como inteligencia y pereza y con qué frecuencia pensaban en cada tema en cuestión.

Los investigadores descubrieron que las personas eligen buscar información basándose en estos tres factores: utilidad esperada, impacto emocional y si es relevante para las cosas en las que piensan con frecuencia. Este modelo de tres factores explica mejor las decisiones de buscar o evitar información en comparación con una variedad de otros modelos alternativos probados.
Algunos participantes repitieron los experimentos un par de veces, con meses de diferencia. Los investigadores encontraron que la mayoría de las personas priorizan uno de los tres motivos (sentimientos, utilidad, frecuencia de pensamiento) sobre los demás, y su tendencia específica se mantuvo relativamente estable a lo largo del tiempo.
En dos experimentos, los participantes también completaron un cuestionario para medir su salud mental general. Los investigadores encontraron que cuando las personas buscaban información sobre sus propios rasgos, los participantes que en su mayoría querían saber sobre los rasgos en los que pensaban con frecuencia, tenían una mejor salud mental.