Si bien las infecciones explosivas han aumentado con la aparición de las variantes delta y ómicron, las vacunas siguen siendo bastante efectivas para prevenir hospitalizaciones y muertes. El éxito de la nueva tecnología ha llevado a los científicos a tratar de averiguar por qué las vacunas de ARNm han logrado prevenir la gravedad de la enfermedad y si es probable que la protección que brindan perdure a medida que surgen nuevas variantes.

Un nuevo estudio de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis y el Hospital de Investigación Infantil St. Jude arroja luz sobre la calidad de la respuesta inmune desencadenada por las vacunas de ARNm. El estudio muestra que la vacuna Pfizer activa fuerte y persistentemente un tipo de célula inmunitaria auxiliar que ayuda a las células productoras de anticuerpos a crear grandes cantidades de anticuerpos cada vez más poderosos, y también impulsa el desarrollo de algunos tipos de memoria inmunológica.

Estas células, conocidas como células auxiliares foliculares T, duran hasta seis meses después de la vacunación, lo que ayuda al cuerpo a producir cada vez mejores anticuerpos. Una vez que las células auxiliares disminuyen, las células productoras de anticuerpos de larga duración y las células B de memoria ayudan a brindar protección contra enfermedades graves y la muerte.

Enfermera vacuna

Además, muchas de las células auxiliares foliculares T son activadas por una parte del virus que no parece detectar mutaciones, incluso en la variante ómicron. Los resultados de este estudio, publicados en la revista Cell, ayudan a explicar por qué la vacuna Pfizer provoca niveles tan altos de anticuerpos neutralizantes y sugiere que la vacunación puede ayudar a muchas personas a seguir produciendo anticuerpos potentes incluso cuando el virus cambia.

“Cuanto más tiempo brinden ayuda las células auxiliares foliculares T, mejores serán los anticuerpos y más probabilidades se tendrá de tener una buena respuesta de memoria”, aseguran los expertos. “En este estudio, encontramos que estas respuestas de las células auxiliares foliculares T siguen y siguen. Y lo que es más, algunas de ellas responden a una parte de la proteína de pico del virus que tiene muy poca variación”.

Con las variantes, especialmente delta y ahora ómicron, los investigadores han visto como se extendían las infecciones, pero las vacunas se han mantenido muy bien en términos de prevención de enfermedades graves y muerte. Creen que esta fuerte respuesta de ayuda folicular T es parte de la razón por la que las vacunas de ARNm son tan protectoras.

Los investigadores ahora están estudiando qué sucede después de una dosis de refuerzo y si los cambios en las células auxiliares foliculares T podrían explicar por qué las personas con sistemas inmunitarios debilitados, como las que tienen una infección por VIH, no generan una fuerte respuesta de anticuerpos.