Llorar es lo primero que hacemos cuando llegamos al mundo. Lo que empieza siendo una manera de comunicar nuestras necesidades o un mecanismo de defensa (lloramos cuando tenemos hambre, cuando tenemos sueño o cuando tenemos alguna molestia), se convierte en algo que ocultamos a medida que vamos creciendo.

Sobre todo desde la adolescencia, y especialmente en el caso de los hombres, llorar está mal visto y nos habituamos a esconder cuando lo hacemos. Lo vemos como un momento de vulnerabilidad o como un signo de debilidad, aunque no lo es. Llorar sirve para desahogarnos, para soltar todo lo que guardamos dentro y necesitamos sacar, sea alegría, tristeza, frustración o cualquier otra emoción.

Sirve para liberar tensiones, pero también para comunicar y expresar lo que sentimos. Por eso hace falta erradicar todas las connotaciones negativas en torno a la acción de llorar, y fijarnos en los beneficios que nos puede aportar el llanto.

Nos ayuda a comunicarnos

Llorar, como explicábamos, es también una manera de comunicarnos. Cuando lloramos estamos expresando de manera no verbal lo que sentimos y cómo vivimos las diferentes experiencias de nuestra vida. Como explican los psicólogos de Therapychat, "el lenguaje corporal es fundamental para la comunicación entre personas".

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El lenguaje corporal es fundamental para comunicarnos.

Nos permite crear vínculos más fuertes

De la misma manera, cuando nos mostramos sinceros y no escondemos nuestras emociones se refuerzan los vínculos con nuestras relaciones. Llorando mostramos nuestra parte más vulnerable (que no débil), cosa que nos ayuda a construir relaciones más sanas, fuertes y sinceras.

Ayuda a recuperar el equilibrio

Llorar nos permite desahogarnos, expresar todas las emociones y sentimientos que acumulamos y deshacernos del nudo al estómago. Cuando no lo hacemos la angustia crece, y acabamos expulsando la tensión de otras maneras, a menudo mucho menos sanas.

Por eso la mejor solución es llorar: liberar tensiones, deshacernos del malestar y poder volver a un estado de equilibrio y de tranquilidad.

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Llorar nos permite recuperar el equilibrio emocional

Eliminamos sustancias nocivas

Finalmente, expulsar lágrimas nos ayuda a eliminar sustancias que se encuentran en nuestro cuerpo y que se acumulan cuando sentimos angustia o estrés, generando efectos adversos para nuestro organismo.

En definitiva, el llanto es un factor de liberación emocional, que nos permite reducir las emociones negativas y combatir la ansiedad y el estrés.

Imagen principal: mujer llorando / Unsplash