Se estima que un 4 por ciento de la población europea es pelirroja. En España ese porcentaje es ligeramente inferior (un 3 por ciento) y, sin embargo, en Escocia, la cifra se dispara hasta alcanzar el 14 por ciento.

Quizá muchas personas no lo sepan, pero las personas pelirrojas tienen una sensibilidad distinta al dolor. La causa no se sabe con certeza, pero una nueva investigación dirigida por expertos del Hospital General de Massachusetts (MGH) nos da algunas pistas en un estudio llamado Reduced MC4R signaling alters nociceptive thresholds associated with red hair (La señalización reducida de MC4R altera los umbrales nociceptivos asociados con el cabello rojo) que se ha publicado en la revista Science Advances por expertos del Mass General Cancer Center y el director del Centro de Investigación de Biología Cutánea del MGH.

PelirrojoEl estudio ha encontrado evidencias en cuanto a la diferencia del dolor en la gente pelirroja

En las personas que tienen cabello rojo, las células productoras de pigmento de la piel, llamadas melanocitos, contienen una forma variante del receptor de melanocortina 1. Este receptor se encuentra en la superficie celular, y si se activa por las hormonas circulantes llamadas melanocortinas, hace que el melanocito cambie de generar pigmento de melanina amarillo/rojo a producir pigmento de melanina marrón/negro.

Uno de los autores del estudio, el investigador David E. Fisher, Director del Programa de Melanoma del Mass General Cancer Center y director del Centro de Investigación de Biología Cutánea del MGH, ya demostró la incapacidad de las personas pelirrojas para broncearse u oscurecer el pigmento de su piel.

Pero, ¿qué ocurre con el dolor? Para investigar los mecanismos detrás de los diferentes umbrales de dolor en individuos pelirrojos, Fisher y sus compañeros estudiaron una cepa de ratones pelirrojos que, como en los humanos, contiene una variante que carece de la función del receptor de melanocortina 1 y también exhibe umbrales de dolor más altos.

El equipo descubrió que la pérdida de la función del receptor de melanocortina 1 en los ratones pelirrojos hizo que los melanocitos de los animales secretaran niveles más bajos de una molécula llamada POMC (proopiomelanocortina) que posteriormente se corta en diferentes hormonas, incluida una que sensibiliza al dolor y otra que bloquea dolor. La presencia de estas hormonas mantiene un equilibrio entre los receptores opioides que inhiben el dolor y los receptores de melanocortina 4 que mejoran la percepción del dolor.

Cara pelirrojaLa investigación revela que los pelirrojos tienen un umbral más alto del dolor

Y al secretarse niveles más bajos de esta hormona debido a la pérdida de función de la melanocortina 1, se produce un aumento de los umbrales del dolor. Asimismo, también se constató que este grupo de población tenía una mayor sensibilidad a los analgésicos opioides.