Estamos en plena temporada de gripe y hay ciertos grupos que deben tener un cuidado especial en estos momentos, entre ellos las mujeres embarazadas. De hecho, es una de las cuestiones que más preocupa en los meses de gestación, por las consecuencias que pueden tener para el feto.

La gripe, tal y como la define la Organización Mundial de la Salud, es una infección vírica que afecta principalmente a la nariz, la garganta, los bronquios y, ocasionalmente, los pulmones. La infección dura generalmente entre cinco y diez días y se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, cefalea y malestar general importante, tos seca, dolor de garganta y rinitis.

Embarazada

El principal problema es que se transmite con mucha facilidad de una persona a otra a través de pequeñas gotas y partículas expulsadas por los enfermos a través de la tos y los estornudos. Normalmente, los afectados se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico. Sin embargo, en niños pequeños, embarazadas, personas de edad y personas aquejadas de otras afecciones médicas graves, la gripe puede provocar complicaciones, por eso es importante visitar al médico para evitar problemas.

Durante el embarazo y hasta dos semanas después del parto, se producen una serie de cambios en el sistema inmunitario, el corazón y los pulmones, lo que provoca que las mujeres sean más vulnerables a este virus, sobre todo en el segundo y tercer trimestre. Además, en algunos casos, la infección puede ser nociva para el bebé. Algunas de las complicaciones que pueden aparecer son aquellas que afectan a las vías respiratorias como bronquitis, neumonía viral y otras dolencias pulmonares. Si a esto se añade que la mujer padece algún agravante previo como diabetes, obesidad o asma, esta puede agudizarse si se produce un contagio.

Los síntomas suelen aparecer de repente y se presentan un cuadro de fiebre y escalofríos, tos y dolor de garganta, congestión nasal, dolores musculares y corporales o aparición de fatiga. En el caso de las mujeres embarazadas, se añaden otros como la sensación de ahogo, la respiración acelerada, el dolor en el pecho y la confusión, así como los mareos o vómitos persistentes.

Termómetro

Por eso es importante acudir cuanto antes al centro de salud, pues en el caso de que se prescriba un antiviral, es más eficaz cuando se hace dentro de las 48 horas después de la aparición de los síntomas. Por lo general, a menos que existan riesgos de complicaciones más graves, se suelen recetar medicamentos compatibles con el embarazo para paliar los síntomas y siempre con la dosis mínima necesaria. Es importante evitar la automedicación, porque a veces los efectos beneficiosos de la toma de un medicamento sobre la madre pueden resultar nocivos para el bebé.

Además, la prevención también es básica. Evitar el contacto con otros enfermos, no integrarse en multitudes en época de epidemia, lavarse con regularidad las manos, no tocarse en exceso la boca o la nariz, las principales zonas junto con los ojos por donde penetra el virus, ventilar bien la casa y mantenerla limpia. Además, la vacunación se considera segura y se recomienda su administración durante la temporada de epidemia a todas las mujeres gestantes