Las autoridades chinas cerraron el miércoles por la noche los accesos a la ciudad de Wuhan, ciudad de 11,8 millones de habitantes y foco del brote de coronavirus que se ha cobrado al menos 17 muertos, para imponer una cuarentena con el objetivo de evitar la propagación del virus.

A ese efecto, el mando de control y prevención de la neumonía ha decretado el cierre del transporte público urbano, así como los transportes fluviales y de pasajeros de larga distancia. También ha sido cerrado el aeropuerto y se ha prohibido que los ciudadanos salgan de la ciudad excepto en casos especiales.

Las medidas de prevención también se han anunciado en las ciudades vecinas de Huanggang (6,6 millones de habitantes) y Ezhou (1 millón de habitantes).

La cuarentena llega en un momento en que la China se dispone a celebrar el Año Nuevo Chino, que este año tiene lugar el 25 de enero y que tradicionalmente supone un gran movimiento de población para asistir a las festividades en sus lugares de origen.

El gobierno de la ciudad también emitió un bando en el que establece la obligación de llevar mascarilla en lugares públicos; el personal de las instituciones públicas también deberá colocársela durante el horario laboral.