El ocio nocturno acumula pérdidas de unos 6.457 millones de euros en Catalunya desde la irrupción de la pandemia como consecuencia de las restricciones impuestas para contener contagios, que han llevado los locales del sector a cerrar 20 de los últimos 23 meses. Cuando faltan pocos días para reabrir de nuevo sus locales el próximo 11 de febrero, la patronal catalana del ocio nocturno Fecasarm ha hecho balance de las pérdidas ocasionadas desde el primer cierre, que arrancó en marzo del 2020, coincidiendo con el confinamiento decretado por el gobierno central.

Del total de 6.457 millones de euros dejados de ingresar, casi la mitad, unos 3.635 millones, corresponden a las pérdidas del 2021 y 2022, y el resto se imputan en las registradas de marzo a diciembre del 2020. El secretario general de Fecasarm, Joaquim Boadas, ha explicado a EFE que entre un 85 y un 90% de los 37.000 trabajadores con los cuales contaba el sector han sido afectados por un ERTE, un expediente de regulación de empleo temporal.

Cierres definitivos

La afectación ha sido desigual en función de la intensidad de las restricciones vigentes a cada momento durante estos 23 meses y dependiendo de las características de cada establecimiento, ya que los que contaban con licencia para servir comida han mantenido parte de su actividad. Además, un número todavía no determinado de locales han cerrado sus puertas de manera definitiva ante la imposibilidad de hacer frente a los costes de la inactividad, por lo cual muchos expedientes temporales han virado en ERE. La falta de continuidad en el trabajo ha llevado también a un número alto de empleados a emigrar a otros sectores de actividad e incluso a otras comunidades autónomas, según Boadas, que afirma que estos días muchos locales están teniendo problemas para contratar personal para abrir el 11 de febrero. El sector está integrado por 3.700 locales y se calcula que estos daban trabajo por término medio a unos 10 trabajadores.

Ayuda a los tribunales

A pesar de acudir a los tribunales reiteradamente, las patronales del ocio nocturno no han conseguido revertir la decisión del Govern de esperar al 11 de febrero para reabrir las discotecas. El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) rechazó el jueves pasado por última vez el enésimo recurso del sector para avanzar la apertura, argumentando que el cierre, en contra de lo que asegura a la patronal, no empuja a los clientes de los locales nocturnos a prácticas ilegales como los botellones. Delante del nuevo escenario que se abre la semana que viene, Boadas ha instado al Govern a pactar unos datos "preobjetivables" que sirvan de referencia para aplicar ciertas restricciones y así poder garantizar, en su opinión, cierta seguridad jurídica. La reapertura del ocio nocturno, que funcionará sin límites de aforo ni de horarios y sin necesidad de presentar el certificado covid para entrar, volverá a restituir la normalidad prepandémica en la calle, ya que es el último sector que continuaba cerrado.