Era una noticia esperada y se esperaba que llegara pronto, ahora ya tiene una fecha marcada: El Govern ha aprobado que el 11 de febrero pueda reabrir el ocio nocturno, sin restricciones de aforo ni limitaciones horarias. Tampoco será necesario el uso del certificado covid, así lo ha confirmado la portavoz Patrícia Plaja. El camino hasta llegar aquí ha comportado la oposición de la Patronal Fecasarm contra las restricciones hasta el punto de llevar las medidas anteriores al TSJC. La situación era límite para los empresarios de este sector. Precisamente, El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) había denegado la reapertura inmediata del ocio nocturno que había pedido la Fecasarm, patronal del sector, para este mismo fin de semana. El tribunal daba hasta este martes a las 10 de la mañana para que la Generalitat presentara alegaciones contra el recurso de la Fecasarm para oponerse a la reapertura. Los magistrados no conceden la medida cautelarísima, y ahora estudiarán la medida cautelar cuando tengan la versión del Gobierno. Finalmente, parece que todo queda solucionado con este anuncio.

 

Fecasarm insistía en abrir

El recurso y la petición de reapertura inmediata se basó principalmente en argumentos defendidos por la propia demandada dado que la Agencia de Salud Pública de Catalunya, en un informe de fecha 31 de agosto de 2021, ya reconoció que sin oferta de ocio nocturno legal y sin el límite en derecho de reunión se fomentan los botellones y las fiestas privadas, en los cuales la propia agencia califica de acontecimientos "superdiseminadores del virus". Por lo tanto, la FECASARM explicó razones de salud pública y de seguridad para reclamar la reapertura inmediata de los locales de ocio nocturno legales dado que mantenerlos cerrados es contraproducente porque sin alternativa legal y controlada, la gente se ve motivada a los botellones y las fiestas privadas donde no se cumple ninguna medida sanitaria ni de seguridad y donde, por lo tanto, hay más incidencia de contagios y donde se producen todo tipo de actos vandálicos y delictivos.

Grandes pérdidas económicas

Para situarnos, repasamos unas cifras que nos contextualizan. En estos momentos, hay 36.000 personas que dependen laboralmente del ocio nocturno. Y los prácticamente dos años que llevan suspendidos han supuesto bajar la persiana del negocio pero no físicamente. ElNacional.cat habló con la empresaria del ocio nocturno, Verónica Martínez, que nos daba algunas cifras: "Aproximadamente pago 60.000 euros para tener la puerta cerrada pero no quiero cerrar mi sueño. Entre luz, impuestos, alquileres, etc. Hemos recibido ayudas, evidentemente pero no llegan ni a un 10% de los gastos. No quiero ayudas de nadie, quiero que me dejen trabajar con seguridad y no me vuelvan a cerrar. Abrir y cerrar un negocio, son unos gastos muy difíciles de asumir a día de hoy". También a muchos de los clientes que hasta ahora sustituían estos puntos de encuentro por los botellones en la calle lo pedían: "No hay lugares donde puedes beber. No digo vodka, solo alguna cosa más suave como un cava. Es muy aburrido todo eso, hemos venido a Barcelona por el aniversario de un amigo mío y todo el día estamos dentro del hotel. Sí, es un problema la Covid-19 pero no sé si aquí estamos realmente seguros", explica John de Lituania para este diario.