Aparece más información comprometedora sobre la gestión publicoprivada del Hospital de Torrejón, tras la revelación esta semana de que el CEO de la compañía que lo gestiona, el grupo Ribera Salud, pidió a sus mandos de aumentar la lista de espera para hacer crecer el beneficio. Ahora se ha conocido que un grupo de directivos que fueron despedidos denunciaron en los canales éticos internos que se les había dado orden de reutilizar catéteres y otro material sanitario de un solo uso, a lo que se habrían negado por las consecuencias que podría tener para los pacientes y porque no es una práctica legal. Según señala también este viernes El País, el director médico de Ribera Salud se habría despedido en un correo enviado a una veintena de personas afirmando que no podía "ceder a la amenaza" para hacer prácticas peligrosas para los pacientes.

Tres miembros de la dirección asistencial del grupo y la gerente del Hospital de Torrejón interpusieron denuncias en el canal ético señalando estas órdenes que habrían recibido, tal y como revela el citado diario. A los que hacen referencia, se trata de unos catéteres que se utilizan para intervenciones de cardiología como para tratar arritmias. Unos dispositivos con tubos muy finos y electrodos en la punta que se introducen por una vena o una arteria para estudiar la actividad eléctrica del corazón. Son de un solo uso y, de acuerdo con la ley vigente, solo se pueden volver a usar si se retornan al fabricante y este lo reacondiciona.

Sin embargo, los empleados del hospital de Torrejón habrían recibido orden de esterilizar el material después de su uso hasta un máximo de 10 veces, siempre que esté en buen estado. Una instrucción que se habría dado un par de semanas después de la reunión de finales en septiembre en la que se pidió a los directivos del hospital usar la "imaginación" para ver qué procesos no son rentables. "Esta acción no es legal, por ficha técnica ese material no se puede reesterilizar", avisaban en sus denuncias en el canal ético. También señalaban "malas praxis" que podían comprometer la salud de los pacientes. Pocos días después, los cuatro directivos que dieron este grito de alerta fueron despedidos. El grupo Ribera Salud, sin embargo, lo desvincula de estos hechos.

Gallart se aparta de Torrejón

Este miércoles ha estallado la polémica tras revelarse unos audios del CEO del grupo que gestiona el centro médico, Pablo Gallart, en los que pide directamente a sus mandos que realicen menos intervenciones, rechacen pacientes o eviten tratamientos menos rentables y, en suma, que hagan subir las listas de espera. ¿Con qué objetivo? Aumentar su beneficio en "cuatro o cinco millones". La lógica es la siguiente: el hospital de Torrejón es deficitario a nivel empresarial y no da beneficios; pero si acumulan lista de espera, gastarán menos en intervenciones y necesitarán menos personal y medios. Así, la concesión saldrá a cuenta. Tras conocerse, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid convocó este miércoles de urgencia a la cúpula del hospital de Torrejón y un equipo de la Administración se ha personado en el hospital. Asimismo, Pablo Gallart ha solicitado al presidente del grupo, Emmanuel de Geuser, apartarse de la gestión del hospital de Torrejón mientras se lleva a cabo una auditoría interna.

Dimensión política: "El modelo del PP"

La polémica ha tenido también un eco político. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado el caso para cargar contra "el modelo del PP", que ha definido como "hacer de la salud un negocio y de la enfermedad una oportunidad para enriquecerse". Sánchez ha criticado en una publicación en X que la privatización de la sanidad consiste en que el CEO de una empresa sea quien decide sobre la vida de la gente y quiera más listas de espera para aumentar su rentabilidad. También ha reaccionado su ministra de Sanidad, Mónica García (Más Madrid), quien ha aseverado que investigará a fondo el caso y ha denunciado que en Madrid "se está engrosando la cuenta de resultados de las empresas privadas" en beneficio del grupo Ribera y del grupo Quirón.

El modelo del Hospital de Torrejón es el que han cultivado gobernantes del PP en comunidades como Madrid, el País Valencià o Galicia: la empresa construye el hospital y lo gestiona durante un periodo de tiempo —en este caso la concesión es a 30 años— a cambio de un canon fijo que le paga el gobierno autonómico por atender una población determinada. Por la idiosincrasia del modelo, cuando menos se gaste en el servicio médico, mayor será el sobrante que queda en beneficio de la empresa que lo gestiona, en este caso el grupo Ribera Salud.