La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad pulmonar crónica común, prevenible y tratable que afecta a hombres y mujeres de todo el mundo, tal y como explica la OMS. En las personas que la padecen, el flujo de aire está limitado de forma irreversible por una obstrucción intrínseca de la vía aérea (bronquitis crónica o bronquiolitis obstructiva) y por la perdida de la fuerza de retracción elástica pulmonar (enfisema)

Está causada por la exposición prolongada a gases y partículas nocivas y por factores personales, por ejemplo, factores genéticos y eventos que afecten al desarrollo pulmonar en la infancia. Además, la exposición al humo del tabaco, la contaminación del aire de interiores y la exposición ocupacional a polvos, humos y productos químicos son también factores de riesgo importantes de la enfermedad.

Según un reciente congreso celebrado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), la mortalidad tras un ingreso hospitalario por una agudización de la EPOC triplica a la mortalidad post-ingreso por infarto (síndrome coronario agudo o SCA). A los 90 días del ingreso hospitalario, mueren 11 pacientes de cada 100 por una agudización de la EPOC, frente a 4 de cada 100 por cardiopatía isquémica aguda. De hecho, según la OMS, es la tercera causa de muerte en el mundo. En 2019 ocasionó 3,23 millones de defunciones.

Para reducir esta mortalidad, desde SEPAR trabaja en una nueva definición de la agudización de la enfermedad que sustituirá a la actual definición sintomática de esta enfermedad respiratoria, un cambio que permitirá abordar mejor las agudizaciones de la EPOC y presumiblemente obtener mejores resultados.

EPOC

Según los expertos participantes en el Congreso, la cardiología hospitalaria es más proactiva en la realización de procedimientos diagnósticos y terapéuticos para el abordaje del síndrome coronario agudo. Gracias a ello, se ha constatado una reducción progresiva de las tasas de mortalidad en esta enfermedad. Esta manera de proceder constituye un modelo de referencia para mejorar la atención del paciente con agudización de la EPOC.

La cardiología y la neumología tienen muchas áreas en común. El 25% de los pacientes con EPOC tienen cardiopatía isquémica, es decir, 1 de cada 4 pacientes con EPOC tiene cardiopatía isquémica estable o aguda. Una de las explicaciones de esta asociación es que la EPOC y la cardiopatía isquémica tienen una causa común, el tabaquismo, que produce daño en distintos órganos.

No obstante, la EPOC también aumenta el riesgo de cardiopatía isquémica, con independencia del tabaquismo. La EPOC cursa con inflamación sistémica, produce estrés oxidativo y daño endotelial, aumentando el riesgo de eventos coronarios. La colaboración entre ambas especialidades es fluida y, de ahí, que se haya tomado como espejo el modelo de manejo del SCA, para establecer un nuevo paradigma para el abordaje de las agudizaciones de la EPOC.

La guía clínica GesEPOC 2021 es la primera en el ámbito mundial que va a proponer un cambio de definición de la agudización de la EPOC, que va a tener una aproximación más sindrómica (como síndrome en lugar de sintomática), más inclusiva (permitirá abarcar muchos más casos) y apoyada en biomarcadores.

Desde el punto de vista diagnóstico, la nueva definición conducirá a una mayor exigencia de los clínicos a la hora de realizar las pruebas diagnósticas para detectar los rasgos tratables de los pacientes. Estos rasgos, a su vez, se podrán identificar gracias a la disponibilidad de biomarcadores para este proceso.

Desde el punto de vista terapéutico, el cambio de definición también puede tener implicaciones abordar la exacerbación de la EPOC en el momento más agudo.