En los últimos tiempos se ha extendido la idea de que los hombres y mujeres del siglo XXI pierden más pelo y mucho más rápido que las generaciones anteriores. En estos momentos, la generación que se encuentra actualmente en la edad típica en que la pérdida de cabello se acentúa por primera vez son los millennials, o adultos menores de 40 años.
Lo cierto es que la vida no hace tanto era mucho menos estresante que hoy en día. Pero pese a eso, los expertos dicen que los medios objetivos de recopilar datos sobre los patrones recientes de pérdida de cabello, revelan que las tasas reales, en comparación con las tasas percibidas, son mucho más bajas.
La investigación
En un reciente estudio se les preguntó a un grupo de millennials sobre su percepción que acerca de su realidad. Casi el 60 por ciento de los participantes en edad universitaria dijo que ya habían tenido una pérdida de cabello notable, y el 40 por ciento afirmó que sabía que sus líneas de cabello estaban retrocediendo. Una cuarta parte de las personas encuestadas reconoció que no estaba al tanto de su pérdida de cabello hasta que un amigo o familiar les dijo algo al respecto.
Los informes de pérdida de cabello también variaron según la especialidad de un estudiante. La encuesta reveló que los estudiantes que estudian arte o marxismo, la ideología política predominante en la China comunista, tenían más probabilidades de informar sobre la pérdida de cabello, mientras que los que estudiaban matemáticas, ciencias e ingeniería automotriz fueron los que menos problemas confesaron acerca de la pérdida de cabello.
En otras palabras, el estudio que investigó la pérdida de cabello medible, descubrió que las personas a sus 20 años no tenían tasas tan altas de pérdida de cabello en comparación con las de otros periodos de tiempo anteriores.
Cómo frenar la pérdida capilar
Si realmente has comenzado a perder el pelo, existen una serie de recetas para intentar mantenerlo. En primer lugar, es importante tener en cuenta que la alopecia androgénica –la calvicie común– afecta a hombres y mujeres de todas las edades. Existen varios tratamientos para frenar la calvicie pero antes de someterse a uno tiene que haber un diagnóstico, si no puede tener repercusiones no deseadas.
Por ejemplo, la dutasterida y el finasteride son fármacos antiandrógenos con los que se puede tratar a un paciente que padece alopecia común. El paso a la sangre es casi imposible. También existen inyecciones de plasma enriquecido y el minoxidil, como una loción de uso tópico que se aplica a diario en el cuero cabelludo.