El microbioma intestinal es el conjunto de microorganismos que pueblan nuestro intestino y que juegan un papel esencial no solo en la digestión, sino también en aspectos tan dispares como nuestro sistema inmunológico o el estado de ánimo de una persona. Su estado depende de factores como puede ser el sexo, el índice de masa corporal, los hábitos nutricionales y la actividad física, entre otros.

Existen más de 200 especies y subespecies de bacterias, lo cual representa entre 0,5 y 2 kg del peso corporal total de un individuo sano. Los expertos han concluido que su funcionamiento está relacionado con el metabolismo, el sistema endocrino, la densidad mineral ósea, la síntesis de vitaminas o la respuesta de nuestro organismo a determinados fármacos.

Ahora, el estudio de título Fungal and Bacterial Loads: Noninvasive Inflammatory Bowel Disease Biomarkers for the Clinical Setting (Cargas de hongos y bacterias: biomarcadores de enfermedad inflamatoria intestinal no invasiva para el entorno clínico) concluye que conocer el estado del microbioma puede ser útil para diagnosticar la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, dos de las enfermedades inflamatorias intestinales más comunes, cuyo diagnóstico puede confundirse por las similitudes en sus síntomas (diarrea, sangrado rectal, dolor abdominal, pérdida de peso…).

El equipo de investigadores, del que forma parte el Hospital Vall d’Hebron, ha conseguido demostrar, tal y como explica el centro, que “los pacientes con enfermedad de Crohn tienen una cantidad diferente de bacterias y hongos que forman parte de la microbiota intestinal en comparación a los que tienen colitis ulcerosa. Esta cantidad está alterada también respecto a las personas sanas. Así, cuantificar la microbiota intestinal sería útil para facilitar el diagnóstico correcto de los pacientes y ofrecerles el tratamiento adecuado para su patología.

Dolor abdominalLa microbiota intestinal ofrece pistas para determinados diagnósticos

Los investigadores del estudio han analizado la cantidad de estos microorganismos que conforman el microbioma con 294 muestras de heces de pacientes con enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa, familiares sanos de pacientes, así como de personas sanas sin familiares con enfermedad inflamatoria intestinal.

Los análisis muestran que los pacientes con enfermedad de Crohn tienen menos bacterias que las personas sanas, mientras que en colitis ulcerosa hay también una disminución en el número de bacterias, pero un aumento en el número de hongos. Además, se ha observado que cuando un paciente con colitis ulcerosa presenta un brote, se incrementa todavía más la carga de hongos. 

“Combinando la información sobre la microbiota con los datos clínicos de los pacientes (resultados en pruebas médicas, índice de masa corporal, hábitos de vida, etc.) tendremos una gran capacidad para discriminar entre enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa. Ayudará, por lo tanto, al diagnóstico de la enfermedad y también a predecir si se va a producir un brote”, asegura la Dra. Chaysavanh Manichanh, participante en el estudio.