El papel que juegan los productos químicos que se encuentran en el hogar, en los plásticos de los objetos de uso cotidiano, los productos de limpieza o los tejidos está siendo analizado por expertos de todo el mundo, para comprender cómo interactúan con nuestro cuerpo. Ahora un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Washington ha descubierto por primera vez una correlación entre los niveles de bacterias y hongos en el tracto gastrointestinal de los niños y la cantidad de sustancias químicas comunes que se encuentran en su entorno familiar.

El microbioma intestinal, es decir la comunidad de microorganismos que se encuentran en nuestro tracto intestinal, ha despertado en los últimos años un creciente interés creciente para los investigadores. Los estudios parecen estar confirmando que esta gran variedad de bacterias y hongos afectan a muchos procesos, desde la absorción de nutrientes hasta nuestra inmunidad, y un microbioma no saludable está relacionado con enfermedades que van desde la obesidad hasta el asma y la demencia.

Productos de limpiezaEl estudio ha descubierto por primera vez una correlación entre los niveles de bacterias y hongos en el tracto gastrointestinal de los niños

En el estudio de Washington, los investigadores midieron los niveles de compuestos semi-orgánicos ubicuos en la sangre y la orina de 69 niños pequeños y preescolares y luego, utilizando muestras fecales, estudiaron sus microbiomas intestinales.

Los compuestos orgánicos semivolátiles que midieron incluyeron ftalatos que se utilizan en detergentes, ropa de plástico como impermeables, cortinas de baño y productos de cuidado personal, como jabón, champú y laca para el cabello, así como sustancias perfluoradas y polifluoroalquilo ( PFAS), que se utilizan en telas que repelen las manchas y el agua, revestimientos para alfombras y muebles, productos de cocina antiadherentes, abrillantadores, pinturas y productos de limpieza. Las personas están expuestas a diario a estos productos químicos en el aire y al polvo en sus hogares, especialmente los niños pequeños que pueden ingerirlos arrastrándose sobre alfombras o llevándose objetos a la boca con frecuencia.

Cuando los investigadores observaron los niveles de hongos y bacterias en el intestino, encontraron que los niños que tenían niveles más altos de sustancias químicas en el torrente sanguíneo mostraban diferencias en su microbioma intestinal. Los niños con niveles más altos de PFAS en la sangre presentaban una reducción en la cantidad y diversidad de bacterias, mientras que el aumento de los niveles de ftalatos se relacionó con una reducción en las poblaciones de hongos. La correlación entre los productos químicos y los organismos bacterianos menos abundantes fue especialmente pronunciada y potencialmente más preocupante.

Niña en su habitaciónLos niños pequeños pueden ingerir productos químicos al jugar en el suelo o al llevarse a la boca productos de limpieza

Según los expertos que han participado en el estudio, estos microorganismos pueden tener funciones importantes en nuestro organismo, por lo que la disminución de sus niveles puede tener impactos significativos en la salud. Los investigadores también encontraron, sorprendentemente, que los niños que tenían altos niveles de compuestos químicos en la sangre también tenían en el intestino varios tipos de bacterias que se han utilizado para limpiar sustancias químicas tóxicas. Las bacterias deshalogenantes se han utilizado para la biorremediación para degradar los productos químicos halogenados persistentes como los disolventes de limpieza en seco del medio ambiente. Estas bacterias no se encuentran típicamente en el intestino humano, por lo que creen que el propio intestino está tratando de hacer frente a esta situación de alguna forma.