La bronquiectasia es una enfermedad que afecta a los bronquios, produciendo inflamación, ensanchamiento y engrosamiento permanente. Cuando esto ocurre, las bacterias y el moco se acumulan en los pulmones y provoca infecciones frecuentes y bloqueos de las vías respiratorias.  No existe por ahora una cura definitiva para esta patología, aunque tomando una serie de medidas se puede llevar una vida normal. Eso sí, cuando se produce una infección, se debe tratar de forma inmediata porque existen muchas papeletas de que acabe degenerando en algo más grave y causar daño pulmonar. 

Tos

Una de las causas que puede derivar en una bronquiectasia es el hecho de tener fibrosis quística, una condición genética que causa una producción anormal de moco. En otros casos, el desarrollo de la enfermedad no tiene nada que ver con la fibrosis, sino a otros factores como un sistema inmune que funciona anormalmente, padecer la enfermedad inflamatoria intestinal, alguna enfermedad autoinmune, EPOC, VIH o la Aspergilosis alérgica (una reacción pulmonar alérgica al hongo).

Los síntomas más reconocibles de la bronquiectasia pueden tardar meses o incluso años en desarrollarse. Generalmente son la tos crónica, que en ocasiones puede causar sonidos anormales o sibilancias en el pecho o incluso se puede llegar a toser sangre.

Normalmente, las personas que la padecen presentan dolor en el pecho al toser, la necesidad de expulsar grandes cantidades de moco espeso todos los días, la pérdida de peso y la fatiga. Para diagnosticarla, es necesario que un especialista que verifique si hay sonidos anormales o evidencia de obstrucción de las vías respiratorias. Además, se suele necesitar un análisis de sangre completo para detectar infecciones y anemia. Otras pruebas pueden incluir una prueba de esputo para verificar si su mucosidad tiene microorganismos como virus, hongos o bacterias, una radiografía de tórax o una tomografía computarizada para proporcionar imágenes de los pulmones.

El objetivo principal del tratamiento es mantener las infecciones y las secreciones bronquiales bajo control para evitar más obstrucciones de las vías respiratorias y minimizar el daño pulmonar. Los métodos comunes para tratar la bronquiectasia incluyen ejercicios de respiración y fisioterapia torácica y la rehabilitación pulmonar.

MocoActualmente se están realizando estudios sobre nuevas formulaciones de antibióticos  broncodilatadores como el albuterol (Proventil) y el tiotropio (Spiriva) para abrir las vías respiratorias y diluir la mucosidad expectorantes para ayudar a toser la mucosidad.

También es buena la terapia de oxígeno, las vacunas para prevenir infecciones respiratorias (como en el caso de la gripe). Y lo más normal es que necesite la ayuda de fisioterapia torácica. Una forma es un chaleco de oscilación de la pared torácica de alta frecuencia para ayudar a limpiar los pulmones de mucosidad. El chaleco se comprime suavemente, creando el mismo efecto que una tos. Esto desaloja el moco de las paredes de los bronquios. 

En el caso de que se presente sangrado, es posible que la persona necesite cirugía para extirpar el área afectada, o por lo menos un tratamiento diario que implique el drenaje de las secreciones bronquiales.