Gran avance. Un hombre con parálisis total por el ELA ha vuelto a hablar gracias a un chip en el cerebro. La revista Nature ha publicado este martes un estudio que elaborado por un equipo de científicos que ha conseguido que una persona con parálisis total e incapaz de hablar se comunique mediante un dispositivo interfaz cerebro-ordenador (BCI, por sus siglas en inglés). La investigación ha sido liderada por el Wyss Center (Suiza) y la Universidad de Tübingen (Alemania), que han desarrollado el método en un individuo con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) avanzada.

El paciente, un hombre de 34 años en un estado de "bloqueo total", envía señales cerebrales al BCI y este los descodifica para formar letras. Se trata de un proceso que los expertos denominan "sistema auditivo de neurorretroalimentación". El Wyss Center ha compartido en Youtube un vídeo donde estos expertos explican cómo funciona tanto el dispositivo como el proceso. Además, muestran imágenes de cómo el individuo recupera la capacidad de comunicarse gracias a este nuevo método. Eso sí: el documento audiovisual está todo en inglés.

 

Comunicación exitosa

Investigaciones anteriores ya habían desplegado herramientas similares para permitir a personas con ELA "hablar" mediante el movimiento de los ojos o músculos faciales. El problema en estos casos era que cuando la enfermedad y la degeneración avanzan, los pacientes pierden el control muscular y ya no son capaces de comunicarse de esta manera. Para superar este escollo, el equipo de investigadores ha recurrido a este tipo de BCI de retroalimentación auditiva, que consiste en dos microelectrodos intracorticales implantados quirúrgicamente en la corteza motora. La cuestión es que el paciente está afectado por el llamado síndrome de cautiverio total (CLIS, en inglés), pero se desconocía hasta ahora si también "ha perdido la capacidad de su cerebro para generar mandos para la comunicación".

Durante dos años, el hombre ha aprendido a generar actividad cerebral probando diferentes movimientos, señales cerebrales que son detectadas por los microelectrodos y después descodificadas por un modelo de aprendizaje automático en tiempo real. La herramienta de inteligencia artificial "mapea" las señales para atribuirles un significado de "sí" o "no" y, para descifrar lo que el individuo quiere decir, un programa de deletreo enuncia en alto las letras del alfabeto. Aquí entra en juego el "neurofeedback auditivo": el sujeto es capaz de escoger entre el "sí" o el "no" para confirmar o descartar una letra, hasta formar palabras y frases completas a una velocidad aproximada a un carácter por minuto. "Previamente, se ha conseguido una comunicación exitosa mediante BCIs en personas con parálisis. Pero creemos que nuestro estudio es el primero que alcanza una comunicación en sujetos a que han perdido toda la capacidad de movimiento y, por lo tanto, este BCI es su único medio de comunicación", ha destacado al neurocientífico Jonas Zimmermann, líder del equipo de investigadores.