Hallazgo esperanzador sobre la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), o enfermedad de Lou Gehrig, un trastorno neurológico incurable que afecta a las neuronas motoras —es decir, las células nerviosas del cerebro y la médula espinal que controlan el movimiento muscular voluntario y la respiración—. Hasta ahora, muchos ensayos clínicos no han cumplido las expectativas, a menudo porque el alcance de la enfermedad puede variar y los pacientes no responden de la misma manera a los medicamentos. Pero científicos de la Universidad Case de la Reserva Occidental (Ohio, Estados Unidos) han descubierto una nueva estrategia con células madre creadas a partir de pacientes para atacar un gen específico.
Es verdad que la investigación se ha centrado en un tipo muy extraño de ELA —prevalente en Brasil—, pero el equipo de investigadores se ha mostrado optimista con el hecho de que los resultados positivos podrían proporcionar pistas para un posible tratamiento más amplio de la enfermedad. "Este trabajo podría poner las bases para ensayos clínicos con base genética", ha afirmado la investigadora principal, Helen Cristina Miranda, profesora asociada de genética y ciencias genómicas en la Facultad de Medicina de la Universidad Case de la Reserva Occidental —una de las fortalezas de la cual es la medicina regenerativa, es decir, generar células sanas para reemplazar otras células y reparar tejidos estropeados por enfermedades—. El estudio se ha publicado este miércoles en la revista EMBO Molecuar Medicine.
Estudiar la enfermedad y el gen que la provoca
Los científicos han estudiado un tipo hereditario de ELA causado por una mutación en un gen, la proteína B de membrana asociada a vesículas (VAPB). Se trata de un gen que proporciona instrucciones para la producción de otra proteína que ayuda a conectar diferentes partes de la célula para que puedan comunicarse y responder al estrés. "Esto es especialmente importante en las células nerviosas. Cuando se descomponen, las neuronas se vuelven más vulnerables a la degeneración", ha explicado Miranda. Por otra parte, las células madre pluripotentes inducidas (iPSC) son células especiales creadas en el laboratorio con la sangre de una persona que pueden convertirse en casi cualquier célula del cuerpo. Así, en la investigación han utilizado iPSC como pacientes con ELA para cultivar sus neuronas motoras en una placa de cultivo, cosa que les ha permitido estudiar la enfermedad con células humanas reales.
A partir de aquí, los investigadores han descubierto cómo una mutación en el gen VAPB puede interrumpir la comunicación entre partes clave de la célula, específicamente entre el retículo endoplasmático y las mitocondrias. El retículo endoplasmático es como el centro de control de calidad de la célula, en tanto que ayuda a producir proteínas y garantiza el funcionamiento correcto del interior de la célula, sobre todo cuando está bajo estrés. Por su parte, las mitocondrias son las centrales eléctricas: generan la energía que las células, sobre todo las nerviosas, necesitan para mantenerse vivas y llevar a cabo su función.
¿Una nueva diana terapéutica contra la ELA?
La interrupción que genera la mutación del gen VAPB provoca la activación crónica de un mecanismo de protección denominado respuesta integrada en el estrés (ISR). Inicialmente es útil, pero la activación sostenida de la ISR reduce la producción de proteínas y perjudica la supervivencia celular, dañando finalmente las neuronas motoras y contribuyendo a esta extraña forma hereditaria de ELA. Ahora bien, los científicos han identificado la ISR como una posible diana terapéutica: "También hemos demostrado que bloquear esta respuesta al estrés puede revertir el daño en el laboratorio, un paso prometedor hacia futuros tratamientos. Se trata de una prometedora prueba de concepto para futuras estrategias terapéuticas".
Si bien hay varios medicamentos aprobados para el ELA por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) que pueden prolongar la supervivencia, ralentizar el deterioro o ayudar a controlar los síntomas, la realidad es que no hay ningún tratamiento que pare o revierta la progresión de la enfermedad. Aunque el estudio se ha centrado en una forma particular y poco común de ELA, la esperanza es ampliar la investigación para evaluar si el objetivo podría funcionar en otras formas de la enfermedad. "Es muy poco común, más prevalente en el Brasil, pero estudiarla nos brinda una perspectiva sobre cómo las neuronas motoras del ELA responden al estrés. Actualmente, estamos probando inhibidores de ISR en modelos neuromusculares más complejos y explorando como este enfoque podría beneficiar otros subtipos de ELA", ha concluido Miranda.